TERESA MOLERES
SORBURUA

Flores para el invierno

D urante todo el verano hemos disfrutado, y seguimos disfrutando, del aroma de flores y plantas que plantamos en primavera o que nos encontramos en nuestros paseos por el campo. Y ahora podemos aprovechar para recolectar y secar las flores que están en su mejor momento de maduración. Así conservaremos sus principios activos y gustativos para utilizarlas hasta la próxima temporada.

Hay que recolectar hojas y flores cuando no tienen rocío mañanero ni gotas de lluvia para evitar la pudrición. Las plantas recogidas se colocan en bandejas o cajas planas con agujeros en el fondo. También servirá un cuadrado de madera con rejilla de gallinero, siempre que los hilos de metal estén tratados contra la roña o con cuerdas entrelazadas. Colocar flores y hojas horizontales en capas ligeras. Para que se sequen, necesitamos un desván o lugar bien ventilado.

Según las condiciones meteorológicas, las plantas necesitarán alrededor de cinco días para secarse. Durante este tiempo, hay que darles la vuelta con mucho cuidado al menos dos veces cada día para que el secado sea homogéneo. Después, conservar las plantas en bolsas de papel de estraza, en cajas metálicas o en botes de cristal herméticos para ir degustándolas a lo largo del año.

Una vez secos, el laurel y el tomillo se unen en ramitos para añadir a los platos invernales. Además, si les incorporamos romero, podemos crear centros de mesa aromáticos. Por su parte, la caléndula es muy conocida por sus propiedades cicatrizantes y suavizantes, y se utiliza solo los pétalos, como los acianos, cuya infusión mejora la visión. Las flores de la borraja estimulan y mejoran el ánimo.

Las hojas de la verbena limonera se separan de los tallos y se secan en bandeja aireada durante al menos 48 horas. Es incomparable como infusión. Y capuchinas y malvas se pueden comer frescas en ensalada. Si las secamos, las capuchinas tienen virtudes protectoras de las vías respiratorias. La malva, como la caléndula, es reconocida por sus propiedades suavizantes. Hay que manipularlas con mucho cuidado, manteniendo las flores separadas entre sí mientras se secan.