Se anuncia para estas Navidades la quinta entrega de la serie de dibujos animados protagonizada por Olentzero, con la que la productora Baleuko logra consolidar una franquicia de animación hecha en Euskal Herria y lo que es más importante, con un nivel técnico y artístico internacional. La cuarta entrega ya supuso un salto de calidad importante y se asegura la continuidad de ese éxito poniendo de nuevo la realización en manos de Gorka Vázquez, que cuenta otra vez con Txetxu Altolagirre como coguionista, junto a Roberto Alfaro. Otro de los atractivos que presenta “Olentzero eta Amilaren sekretua” es su lujoso casting, con las voces en el doblaje de la versión original en euskera de algunos de nuestros actores y actrices más representativos: Barbara Goenaga, Miren Ibarguren, Jon Plazaola, Gorka Otxoa y Gorka Aginagalde.

Argumentalmente, esta quinta entrega presenta una gran innovación con respecto a las anteriores, ya que “Olentzero eta Amilaren sekretua” se desarrolla en un contexto más actual y urbano. En las otras películas se ilustraban conflictos propios del ambiente rural, contemplado con una mayor cercanía o contacto con el universo mitológico. En “Olentzero, gabonetako ipuina” (2002), la amenaza que se cernía sobre ese mundo idílico la constituía la construcción de una central hidroeléctrica. En “Olentzero eta zubilaren lapurreta” (2005), la agresión al ecosistema venía por el lado de la tala de un bosque para abrir una estación de esquí. En “Olentzero eta oparien ordua” (2008), era la llegada de un aviador inglés, que parecía salido de la Gran Guerra, la que perturbaba la paz del valle. Y, por último, en la más reciente “Olentzero eta Iratxoen Jauntxoa” (2011), era el aprendiz de carbonero Anje quien, como ayudante de Olentzero, alteraba los planes navideños al despertar al malvado duende del título.

La nueva propuesta quiere relacionar definitivamente la realidad infantil de nuestros días con la figura mitológica de Olentzero, rescatando lo que de beneficioso puede tener para influir de forma positiva en problemas sociales sobre los que se quiere llamar la atención de todos los públicos. La película da un toque sobre las enfermedades raras y la solidaridad o concienciación que reclaman, para lo que tiene un hospital infantil como principal localización. Allí hay un grupo de niños que conviven alegremente y a los que la ilusión les mantiene con fuerza mental y vitalidad. Fede anda en silla de ruedas porque sufre una osteogénesis imperfecta y acude a las sesiones de fisioterapia acompañado de su inseparable hermanita Mai. También está Xabier, al que llaman cariñosamente Pelos, porque la leucemia le ha dejado calvo. La más especial de todos es Amila, ya que es hija de la lamia Intza y de un humano. Tiene 9 años y está a punto de cumplir los 10, edad en la que será confirmada como lamia y obtendrá su peine de oro, codiciado por entidades malignas que desencadenarán una aventura de proporciones mágicas entre dos mundos.

El contacto entre los universos paralelos es Lorentzo, el encargado de mantenimiento del hospital, al que Mari ha encargado la misión de velar por Amila. Sin embargo, el poder de Mari es cuestionado por el diabólico Tasuri, que a su vez envía a la Tierra a Atarrabi para que secuestre a Amila, con el fin de arrebatarle el peine de oro de la última lamia, que le permitiría gobernar infinitamente. La cosa se complicará cuando Atarrabi secuestre por equivocación a Mai, ya que llevaba el amuleto de Amila, quien se lo había dejado para que le diera valor ante las pruebas médicas a su hermano Fede. Ni qué decir tiene que el grupo de amigos acudirá al rescate de Mai para traerla de vuelta y de paso, restaurar el equilibrio entre las dimensiones imaginaria y real. Como se puede ver, emociones no van a faltar en una quinta entrega que promete.