BERTA GARCIA
CONSUMO

Formación

L a vuelta a clase también alcanza a los mayores y el otoño, además de las uvas para un buen vino, nos recuerda que el tiempo es oro y hay que aprovecharlo. En esa categoría del “item rendimiento” están hoy miles de jóvenes sin empleo o recién salidos de la universidad que intentan mejorar sus conocimientos a través de cursos de formación de enseñanzas no regladas para competir en un mercado laboral cada vez más escaso.

La oferta de formación es muy amplia y variopinta, por lo que hay que afinar las exigencias a la hora de contratar, ya que, por desgracia, siempre tiene unos costos altos y en muchos casos, se debe recurrir a los bancos para su financiación. Algunas recomendaciones nos vendrán bien, ya que estamos en fechas de buscar y no todo es como lo cuenta la publicidad.

Nos puede servir de guía o hilo conductor el estudio que ha publicado el Gobierno Vasco, fruto de una campaña de inspección a este tipo de academias. Las deficiencias detectadas son las siguientes:

• Folletos o documentos informativos en los que no se especificaba la cualificación del profesorado.

• Ausencia o falta de la debida normalización del contrato.

• Incumplimiento de la obligación de emitir factura o justificante de los pagos realizados por las personas usuarias.

• La obligación por parte del centro de extender un documento acreditativo de los estudios realizados por la persona consumidora.

De lo que se desprende, según las observaciones oficiales, «que existe gran desconocimiento por parte de los responsables de los centros privados que imparten enseñanzas no regladas respecto a la normativa aplicable».

Y si hay que recurrir a los bancos para solicitar un crédito al consumo, tienes derecho a suscribirlo con la entidad financiera que desees. Deberás firmar un contrato por escrito para que el préstamo pueda considerarse válido. Debes exigir una información clara y completa, que incluya el plazo, el tipo de interés, las diversas comisiones, etcétera, y leer con atención el contrato antes de firmarlo.