ARTURO F. RODRIGUEZ
PANORAMIKA

Vanguardia en casa

Si bien la idea de vanguardia en el ámbito cultural nos sugiere «progreso» o «adelanto», esto es, amplitud de miras y horizontes internacionales, resulta bien interesante volver la mirada sobre las vanguardias vernáculas, sobre las que supieron plegarse a su contexto inmediato para dotarlo de nuevos impulsos y nuevos estímulos. Estas avanzadillas de andar por casa han tenido siempre una labor fundamental en la actualización de los discursos y de las propuestas artísticas, y han jugado siempre en un territorio de alto riesgo, como son las políticas locales y las críticas intransigentes. Han roto el hielo, han abierto brecha, han sido punta de lanza en territorio hostil; circunstancias a veces poco reconocidas. En Euskal Herria, el papel de las vanguardias, su escasa pero intensa actividad, fue determinante para el panorama actual de las artes visuales y si bien su reconocimiento ha sido digno y razonado, siempre quedarán flecos, nombres, hechos y situaciones que revisitar, porque solo a partir de estos ejercicios de conciencia histórica pueden ampliarse las miras y los horizontes.

Coinciden en la agenda expositiva varias muestras de autores que fueron vanguardia y que supieron serlo en situaciones y contextos locales, ensanchando la mirada artística del momento así como su influencia social. La Fundación Museo Jorge Oteiza presenta hasta el día 1 de noviembre “Sistiaga. De la pintura gestual al arte del movimiento”. Este proyecto expositivo sobre José Antonio Sistiaga (Donostia, 1932), comisariado por Jean-Michel Bouhours, pretende dar cuenta del extenso trabajo experimental realizado por el artista en los campos de la pintura, el dibujo y el cine. En octubre, más concretamente los días 9, 10 y 11, el curso “La experimentación como herramienta pedagógica” analizará la relación de Jorge Oteiza y Jose Antonio Sistiaga con la educación artística a partir de los proyectos desarrollados en los años 60 y 70, como la Escuela Experimental de Arte de Deba o el Instituto Vasco de Investigaciones Estéticas o la Academia de los Jueves, puesta en marcha por el propio Sistiaga y Esther Ferrer.

El Museo de Bellas Artes de Bilbo presenta hasta enero la donación de un conjunto de piezas de Andrés Nagel (Donostia, 1947), compuesto por 34 obras realizadas en las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo. Obras cedidas todas ellas por el estadounidense de ascendencia vasca José M. Tasende, fundador de una prestigiosa galería que tiene su sede en La Jolla (California).

El Photomuseum de Zarautz presenta una completa exposición del fotógrafo Sigfrido Koch Arruti (Donostia, 1936-1992), autor e investigador de gran trayectoria internacional que quiso regresar a su lugar natal para trabajar en un encargo sobre la cultura vasca. Recientemente, el artista Asier Mendizabal reflexionaba críticamente en su intervención “Soft Focus” en el Museo de San Telmo (marzo de 2014), sobre la fotografía y la etnografía a partir de estas imágenes encargadas a Koch para inventariar la colección del Museo San Telmo en 1976 e ilustrar un monográfico sobre el museo en “La Gran Enciclopedia Vasca”, de José María Martín de Retana.

Detectar hoy a esa vanguardia local, cercana y comprometida es conectarnos con el futuro. Detectar a quienes supieron ser vanguardia en su momento es reconectar con nuestra historia.