TERESA MOLERES
SORBURUA

De muro a bosquecillo

L os setos verdes parecidos a empalizadas imponentes y formados por plantas podadas –thuyas generalmente– han pasado a la historia en el trabajo de jardineros y paisajistas. Eran setos para aislarse del ruido y evitar miradas indiscretas, pero ahora para conseguir estos mismos resultados se apuesta por setos libres y floridos, en absoluto monótonos. Sin embargo, aunque la idea es cambiar el aspecto total del seto, si nos cuesta desprendernos de algún ejemplar de porte singular, podemos optar por una solución intermedia.

De esta manera se pueden conservar elementos valiosos del seto antiguo, que podado mantenga formas esculpidas, y combinarlos con arbustos de formas naturales, de preferencia con variedades de follaje dorado, que proporcionan una apariencia natural y luminosa, como abelias y cotinus mezclados con vivaces que soportan la sombra y de hojas amarillas, tradescantia, agastache y geranios, y gramíneas.

Si lo que queremos es un seto libre y campestre, optaremos por eliminar todo lo artificial para que se integre en el paisaje. O sea, permitir a cada especie que vuelva a su forma arbustiva natural, suprimiendo los ejemplares viejos y las coníferas de difícil adaptación. Los arbustos apropiados para setos libres son prunos, acer campestre, serbal del cazador, durillos, loniceras, avellanos, celindos, mahonia y cornejos.

Cuando el seto que queremos cambiar es rectilíneo, pero compuesto por ejemplares interesantes y de valor ornamental, se puede aportar originalidad rompiendo la rigidez de líneas. Por ejemplo, puede ser un seto de carpes de gran espesor y que han invadido parte del jardín. Aquí, con una poda apropiada se forman huecos o nichos en el follaje. Luego, cada nicho se llena de vivaces robustas adaptadas a convivir con las raíces, como rudbeckias, helianthus, geranios híbridos, valeriana de jardín y filipéndulas.

La altura del nuevo seto no debe sobrepasar unos cuatro metros. Escogeremos la plantación alternando follaje caduco y perenne. La poda solo se realiza para rejuvenecer el seto. Y, por último, solo se cambia totalmente un seto cuando las plantas tienen malas condiciones sanitarias.