BERTA GARCIA
CONSUMO

Bankia

E l anuncio oficial de Bankia de ofrecer «amigablemente» a los minoristas la devolución íntegra de las cantidades invertidas ha tenido su pronta –y sabida de antemano– respuesta en miles de clientes, que no han dudado en aceptar. Es lo que popularmente se conoce como «más vale pájaro en mano, que ciento volando». Así que la gente, lejos de la reflexión –conveniente en estos casos financieros–, ha optado por recuperar aunque sea lo invertido, ya que los juzgados les recuerdan aquello de «qué largo me lo fiáis, amigo mío».

Tras la sentencia del Tribunal Supremo en la que declaraba nula la salida a Bolsa por las «graves inexactitudes» en el folleto de la oferta (OPV), la institución ha «cedido» frente a las presiones de la clientela, entendiendo esta cesión voluntaria como una descarada rebaja de los intereses legales. Si se leen atentamente las condiciones, la compensación quedaría tan solo en un 1% de interés, frente a los 3,5% legales y legítimos a reclamar. Un regalazo de pasta que Bankia se cobra, ya que la desconfianza del cliente ante la posibilidad de perderlo todo ha ido movilizando al resto, como una caída en cascada de fichas de dominó.

Al parecer, y de momento, solo cobrarán quienes adquirieron sus acciones después de la reformulación de cuentas de mayo de 2012, quedando limitados de la restitución el resto, es decir, la mayoría. Según las organizaciones de consumidores, que agrupan a miles de afectados, «si compraste las acciones desde la salida a Bolsa en 2011 hasta mayo de 2012, no estás incluido en la oferta de Bankia» (Fuente OCU).

Ante la ciaboga de muchas personas por recuperar su dinero, las organizaciones de consumidores les alertan de que, si ya habían iniciado acciones judiciales, «la oferta no cubre cualquier gasto en que hubieras incurrido en tus reclamaciones». Y es así porque la entidad, muy hábilmente, extendía la oferta de resolución también a los que hubieran acudido a los tribunales de justicia y de esta forma librarse ella del pago de costas y otros emolumentos. Estos, que los pague el denunciante.