Agustín Díaz Yanes vuelve a dirigir, y de nuevo basándose en un texto de inspiración histórica escrito por Arturo Pérez-Reverte, aunque en esta ocasión se trata de un relato inédito. Esto hace que las incógnitas que el proyecto plantea sean mayores y que nadie sepa a ciencia cierta el contenido exacto de la película. El guionista y director habla como género referencial del cine bélico de “patrullas”, ya que el protagonismo recae sobre un grupo de expedicionarios navarros y aragoneses del siglo XVI, que parte a la búsqueda del mito de El Dorado. Por su parte, el autor del original dice haberse inspirado en las expediciones de Núñez de Balboa y de Lope de Aguirre, aunque por lo que el rodaje ha dejado entrever todo indica que hay más de la infructuosa conquista del oro que el oñatiarra protagonizó. Y es más, el periodo en que transcurre la acción, fechada alrededor de 1540, coincide con la biografía del de Oñati.

Mi impresión es la de que hay miedo a abordar directamente la figura de Lope de Aguirre, porque la obra maestra de Werner Herzog “Aguirre, la cólera de Dios” (1972) es insuperable, además de haber definido un estilo que dejó atrás el cine histórico más academicista, mostrando la locura a la que se veían abocados quienes en aquella época pretendían explorar o rebasar los límites del mundo conocido, a riesgo de su vida. El libro de Ramón J. Sender “La aventura equinoccial de Lope de Aguirre” (1968) lo dejaba bien sentenciado, a la vez que la delirante interpretación de Klaus Kinski inmortalizaba una imagen demasiado poderosa.

“Oro” poco puede tomar dentro de dicho registro del descubridor del Pacífico, y mucho más del rebelde Lope de Aguirre, quien declaró la independencia de los territorios que había conquistado, desafiando a la Corona de España y a Felipe II. En el quinto largometraje de Díaz Yanes los expedicionarios son perseguidos por el Virrey de Perú, por lo que no serán la selva y los nativos amazónicos los únicos peligros a los que se han de enfrentar. Esto realmente fue así, porque aquellas expediciones alimentadas por la fiebre del oro estaban compuestas por soldados y mercenarios, a los que la Corona prefería tener alejados, ya que la tropa estaba hambrienta y mal pagada, o lo que es lo mismo, maltrecha y cansada por tener que guerrear sin un botín.

El caso de Díaz Yanes es el de un guionista que se pasó a la dirección, cometido en el que no ha tenido una continuidad, habiendo realizado solamente cinco largometrajes en más de veinte años. Después de conseguir dos premios Goya al Mejor Guión y la Mejor Dirección Novel con “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto” (1995), de la que hizo una continuación con “Sólo quiero caminar” (2008), no pudo sacar adelante su ambicioso proyecto de ciencia-ficción “Madrid Sur” y tuvo que aceptar dirigir “Sin noticias de Dios” (2001). Entró en las grandes producciones con “Alatriste” (2006), comenzando su relación con Arturo Pérez-Reverte. La diferencia con “Oro” es que aquella película costó 24 millones de euros, mientras que esta, a pesar de contar con la supervisión de Atresmedia y Telefónica, se queda en 8.

El desfase económico se nota en que no hay ninguna estrella internacional como Viggo Mortensen al frente del reparto, si bien se suple con la presencia de un Óscar Jaenada triunfador en el mercado americano. Le acompañan Raúl Arévalo, Bárbara Lennie y Jose Coronado encabezando el cartel. Entre los secundarios hay que destacar a Juan Diego, Antonio Dechent, José Manuel Cervino, Luis Callejo, Juan José Ballesta y Andrés Gertrudix. A los que se suman como nuevos valores Ana Castillo, Diego Paris y Juan Carlos Aduviri. Todos ellos han vivido un duro rodaje que les ha llevado desde Canarias hasta Panamá, concretamente a la selva de Ariel.