MIKEL INSAUSTI
CINE

«The Magnificent Seven»

El western se resiste a morir, a pesar de que con el cambio de milenio se anunció su defunción. Pero son muchos los cineastas consagrados que caen en la tentación de volver sobre los clásicos del género, en nuevas versiones que vienen a demostrar la todavía poderosa influencia del western, presente en todo tipo de películas, incluso en las de ambientación actual, donde los caballos son sustituidos por vehículos motorizados. Por eso no es de extrañar que las historias del Viejo Oeste sigan teniendo vigencia, y que haya un público deseoso de verlas. Casi seis décadas después el mito de “Los siete magníficos” es recuperado, en un intento por retener parte de su grandeza. Para comprobar si la versión del 2016 es digna sucesora de la de 1960 habrá que esperar a la apertura de la temporada de estrenos otoñal.

Aunque “Los siete magníficos” sea considerado como un prototípico título del western, lo cierto es que su origen nada tiene que ver con el folklore de los EEUU, sino que es mucho más exótico. Fue John Sturges quien tuvo la suficiente visión para darse cuenta de que en la película japonesa “chambara” del maestro Akira Kurosawa “Los siete samuráis” (1954) había un argumento de western, a nada que se cambiara la fotografía en blanco y negro del original por el technicolor y el cinemascope de Hollywood. El remake anglosajón estaba servido, sustituyendo los samuráis por pistoleros. La historia no variaba, porque se trataba de un grupo de mercenarios dispuestos a recuperar el orgullo perdido, poniendo sus armas al servicio de una causa desinteresada, sin mediar paga alguna. Así acudían en ayuda de un humilde poblado campesino, arruinado por el saqueador de turno, dispuestos a sacrificar su propia vida.

La traslación del “chambara” al western supuso tal éxito, que a “Los siete magníficos” (1960), de John Sturges, le siguieron tres títulos más: “El regreso de los siete magníficos” (1966), de Burt Kennedy; “La furia de los siete magníficos” (1969), de Paul Wendkos; y “El desafío de los siete magníficos” (1972), de George McGowan. Eran otros tiempos, y entonces en las continuaciones se solía invertir cada vez menos dinero, por lo que ya la primera secuela se rodó en Almería con un reparto inferior. Hay que recordar que el irrepetible cartel de la entrega inicial tenía a Yul Brynner, Steve McQueen, Charles Bronson, James Coburn, Robert Vaughn, Horst Buchholz y Brad Dexter; a los que se sumaba Eli Wallach como el bandolero rival.

Las comparaciones son inevitables, y a aquellos nombres inolvidables el actual remake responde con Denzel Washington, Chris Pratt, Ethan Hawke, Vincent D’Onofrio, Martin Sonsmeier, Manuel García Rulfo y el coreano Lee Byung-hun; más Peter Sarsgaard como villano, secundado por Vinnie Jones, Luke Grimes, Matt Bomer, Wagner Moura, Cam Gigandet y Sean Bridgers. El casting lo cierra la actriz Haley Bennett en el rol de la viuda que pide ayuda al septeto para vengar la muerte de su marido. No obstante, lo más complicado de emular es la banda sonora original que compuso Elmer Bernstein, todo un icono musical que contará con los nuevos arreglos de James Horner en una tarea casi imposible.

El cometido crucial del guion ha sido confiado a John Lee Hancock, que ha solido colaborar con Clint Eastwood, además de dirigir sus propios proyectos, siendo el más inmediato “The Founder” (2016), un biopic sobre el fundador de la cadena de comida rápida McDonald’s, protagonizado por Michael Keaton. Y la realización corre a cargo del reconocido cineasta afroamericano de filiación artesanal Antoine Fuqua, cuya colaboración con el actor Denzel Washington empezó en la que ya es película de culto “Training Day” (2001), y se reafirmó recientemente con “The Equalizer” (2014), película que les trajo a Donostia.

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