IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Conmover

De entre los muchos caminos del arte, la creación de espacios comunes es sin duda una de las grandes cuestiones. La obra que desde el trabajo introspectivo trasciende hasta posibilitar una zona de encuentro, un contacto proporcionado por la mirada que observa y por los cuerpos que habitan los espacios expositivos. La capacidad de conmover (en su sentido más amplio) aparece entonces como anhelo de la producción artística. Las exposiciones que reseñamos se reivindican desde su propio frente. La contrastada carrera de una de las artistas más importantes de nuestro tiempo y la profunda militancia de generaciones venideras que serán más pronto que tarde protagonistas de nuestro contexto cultural.

Arriesgada apuesta la que el Guggenheim de Bilbo en colaboración con el Haus der Kunst de Múnich ha programado para el periodo estival. El museo que desborda su media de afluencia gracias a la invasión turística de este periodo, apostó por un proyecto nada fácil de asimilar para el público general y de gran carga emocional y pesadumbre. Louise Bourgeois (Paris, 1911-Nueva York, 2010) inunda con una delicada violencia las salas del centro, plagándolo de una simbología propia y de un imaginario personal cuyos códigos pasan por ser tremendamente íntimos pero inquietantemente comprensibles. Estructuras de la existencia: las celdas, es una de las muestras más recomendables de este año y hoy el último día para su visita. Los conceptos traumáticos de la biografía de Bourgeois son el hilo conductor de una prolífica carrera que la ha llevado a convertirse en una de las referentes de la escultura y la instalación del pasado siglo. En las piezas aparecen constantes alusiones a su infancia y su familia, a la relación de niño-adulto, al cuerpo desmembrado e incompleto y a lugares de encierro que son a la vez refugios y cárceles. La visita está plagada de recovecos, rendijas desde la que dirigir la mirada y claroscuros lumínicos que nos hacen entornar la vista. Nuestros cuerpos visitantes se asoman a estancias, a pequeños huecos donde sillas, espejos, vestidos o frascos de perfume nos confrontan desde su silencio, encerrados entre puertas, muros de madera y cristales rotos. Entre las salas, podemos encontrar la famosa pieza “La Destrucción del padre” (1974), imprescindible para la comprensión del universo de Bourgeois. Como epílogo, la serie de grabados que realizó el mismo año de su muerte bajo el título “Todo lo regalo”. En el último de ellos aparece con una caligrafía temblorosa un premonitorio: «Estoy haciendo las maletas».

También hoy día 4 aparece como fecha de cierre para la exposición que el Centro Cultural Montehermoso de Gasteiz ha dedicado a los premiados del concurso dirigido al alumnado de Bellas Artes. En colaboración con la UPV-EHU y comisariada por Leyre Goikoetxea, el elenco formado por Álvaro Aroca, Oier Gil, Imanol Zubiauz, Nerea Beriain Cebas, Blanca Ortiga y Abel Jaramillo inauguró en julio la muestra colectiva que lleva por título “[De] dentro [a]fuera/Barru[tik] kanpo[ra]”. Si bien la instalación aparece como la solución dominante en cada una de las aportaciones, transitar por las piezas que dan forma al proyecto nos permite toparnos con diferentes registros de la creación artística. Vídeo, performance, escultura, cerámica... Cada disciplina se apodera desde su propio espacio para crear un discurso común que atraviesa toda la sala: la reivindicación de una práctica artística prometedora que se erige con valentía ante la precariedad, las dificultades y la escasez de oportunidades que estos artistas asumen como punto de partida en su salto de fe.