Somos fruto de nuestro entorno. La identidad se construye por la influencia del contexto inmediato. Nuestros símbolos, roles y valores son permeables a la evolución social, religiosa y política. Pero además sobre nuestros hombros pesa la herencia histórica y cultural que construye los modelos sociales en los que nos desarrollamos. Nuestras relaciones fluyen en un mundo conectado que se asienta desde los primeros pasos de la globalización, en los que Occidente se abre a Oriente, América Latina y los procesos colonizadores, hasta la realidad hiperconectada de nuestros días. En un mundo interrelacionado, y a pesar de la permanente alteración de lo tradicional, siguen existiendo situaciones de privilegio que parecen imposibles de derrocar.

Los espacios de legitimación social o cultural mantienen posiciones de poder, y son las desigualdades de discursos las que permanecen inapelablemente en nuestros funcionamientos colectivos. Por tanto, que los lugares de exhibición de arte (templo de la cultura de la modernidad) doten de espacio propio a voces que desestabilicen los discursos dominantes aparece como un ingrediente necesario e interesante en el ámbito artístico de nuestro contexto. Por eso las siguientes exposiciones emergen de una u otra manera desde contextos minoritarios y desde una reflexión en la que nuestra labor como visitantes puede y debe verse incomodada, no solo por las piezas que tenemos ante nuestros ojos, sino por el cuestionamiento a nuestra mirada etnocéntrica tan difícil de abandonar.

“I am not exotic, I am exhausted” (no soy exótica, estoy exhausta) es una de las llamativas frases que aparecen entre las piezas que Yto Barrada (París, 1971) ha dispuesto para su primera muestra individual en nuestro territorio. Afincada en Tánger, esta artista franco-marroquí es la artífice de una sugerente propuesta multidisciplinar en la que se conjuga el trabajo fotográfico, gráfico, audiovisual y escultórico. Cada una de sus producciones parte de códigos que se sitúan en terrenos intermedios entre la identidad de sus espacios de origen y una mirada compleja en la que se cuestiona lo moderno y lo tradicional. Sin duda su potente trabajo audiovisual nos da muchas indicaciones sobre el recorrido de su trabajo. Desde “La Contrabandista” (2005), en la que una mujer vestida con multitud de telas debajo de su ropa muestra su método de supervivencia, hasta el más reciente “Falso comienzo” (2015), en la que se visibiliza el proceso de falsificación de fósiles de dinosaurio como una identidad alimentada por la demanda turística y la necesidad del recuerdo exótico.

A destacar la “Serie de juguetes norte-africanos”, fotografías de una serie de juguetes recolectados por una etnógrafa francesa en la Argelia de los años 30 que son retratados con un fondo neutro a modo de revisión del concepto de colección, y “Plumber Assamblage” (2015), una escultura realizada con tuberías que utilizan los fontaneros de Tánger para atraer clientela. La exposición, que cierra sus puertas hoy en el centro Tabakalera de Donostia, abarca un terreno de reflexión en el que una lectura comprometida será necesaria para garantizar por completo su disfrute.

Por su parte, el espacio bilbaino Kalao amplía hasta el día 15 de octubre las posibilidades de acudir a la exposición colectiva que presentó con motivo del periodo estival. En ella se da cita un interesante elenco formado por Kamel Yahiaoui (Argel, 1966), Douts Ndoye (Senegal 1973) y Thonton Kabeya (Lubumbashi, 1980). Las piezas que presentan son la oportunidad ideal para recorrer una pequeña muestra de tres trayectorias contrastadas que conviven de manera inmejorable en este espacio expositivo.