IBAI GANDIAGA PÉREZ DE ALBENIZ
ARQUITECTURA

Escuela Emberá de Antioquia

La obra de arquitectura que analizaremos hoy cuenta con numerosas características para resultarnos atractiva desde una mirada contemporánea. Los materiales descubiertos, la falta de artificios y el modo en el que se remarca la estructura nos hablan de una tradición estética europea que arranca a principios del siglo XXI, con ese nuevo gusto de los materiales de arquitectos suizos como Peter Zumthor, y viene a desembocar en lo que viene a llamarse low chic, estilo estético surgido de la necesidad económica, y puesto negro sobre blanco en el pabellón español de la Bienal de Venecia de este año.

La juventud de los arquitectos directores de Plan:B Arquitectos, los hermanos Felipe y Federico Mesa, es otro de los puntos interesantes del proyecto de la Escuela Emberá del pueblo de Vigía del Fuerte, en el colombiano departamento de Antioquia. Es inevitable realizar una unión entre la juventud de los arquitectos –el mayor de los dos acaba de pasar los cuarenta, temprana edad para destacar en un campo como la arquitectura–, y la enorme transformación tanto de la región, como de su capital, Medellín, acompañado todo ello con el cambio de aires que ha vivido recientemente Colombia.

No en vano la ciudad antioqueña ha pasado de ser un lugar arrasado por la narco-violencia, a ser un ejemplo destacado de ciudades innovadoras, con el urbanismo y la arquitectura como elementos simbólicos del cambio. Los propios hermanos Mesa firmaban uno de los estadios de esos Juegos Sudamericanos de 2010, celebrados en la capital antioqueña y analizados en estas mismas páginas hace un par de años. Su producción desde ese proyecto ha bajado de escala, pasando de realizar enormes instalaciones deportivas a escuelas en lugares periféricos del departamento colombiano.

Un tercer factor de interés es el programa de usos del edificio: la localidad de la escuela se encuentra rodeada de selva, en un meandro del río Atrato. La realidad social de ese lugar del mundo es una mezcla de comunidades de ascendencia africana e indígena del pueblo Emberá, que da nombre a la escuela. Los indígenas viven diseminados en pequeñas comunidades rurales a lo largo del trazado del río. La falta de recursos y la precaria comunicación entre núcleos urbanos hace necesario que sus comunidades pasen ciertos periodos de tiempo fuera de sus poblaciones, viviendo y estudiando en el mismo lugar. Y es ahí donde la arquitectura entra en escena.

Con esa mezcla entre escuela, residencia y lugar público, la estructura se eleva casi como si de un palafito se tratara, influencia de las enormes crecidas del río, que durante varios meses al año hacen prácticamente imposible el tránsito rodado, obligando a los habitantes a viajar en chalupas o por pasarelas elevadas. Ese principio de pasarela ordena el edifico, ya que, si se observa su distribución, no es más que un enorme pasillo, usado como espacio lectivo polivalente, al que se abren, a ambos lados, aulas formativas, zonas de servicio y dormitorios para la comunidad indígena residente.

Recurso estético por necesidad. Este estilo donde los materiales aparecen sin revestir, como es el caso de los ladrillos que conforman los cerramientos, es un recurso estético habitual en la arquitectura e interiorismo de, por ejemplo, Catalunya, con Enric Miralles como gran precursor. Sin embargo, en el contexto sudamericano, esta decisión estética europea, sin duda motivada por una limitación de recursos, se elige directamente por necesidad. Esta estética “povera”, utilizada de modo casi banal en Europa, se muestra con orgullo en América Latina. Es precisamente la unión de formas y morfologías arquitectónicas muy avanzadas –basta repasar el catálogo de Plan:B– y ese tratamiento pobre de los materiales lo que confiere una belleza especial al conjunto.

Es por eso mismo que, hoy por hoy, el aliento más fresco de la arquitectura internacional proviene de Latinoamérica. En la Bienal de Arquitectura de Venecia de este mismo 2016, la arquitectura sudamericana cobraba una especial importancia, precisamente porque casaba a la perfección con el lema “Noticias desde el Frente”, con ejemplo de arquitectura e inversiones muy comprometidas de arquitectos como Tatiana Bilbao, Alejandro Aravena o los propios hermanos Mesa. Siendo un subcontinente con un 80% de su población localizada en el medio urbano (frente al 55% de media mundial), la arquitectura y la gestión de esta será determinante para dar soluciones a bajo coste que permitan establecer un suelo donde labrar una sociedad inclusiva y ecuánime.