IKER FIDALGO ALDAY
PANORAMIKA

Evolución

L as herramientas con las que debemos contar para enfrentarnos a una exposición van más allá de un primer vistazo, con el que nuestra mirada transita de forma inconsciente por aquello que nos parece más atractivo o interesante. Poder valorar el equilibrio entre una sugerente puesta en escena, la técnica, el material y, por supuesto, el poso conceptual, permitirá que nuestras reacciones, reflexiones y sentimientos puedan componer una experiencia mucho más completa. A su vez, conocer los contextos donde las piezas han sido creadas ayuda a terminar de situar la visión general del compendio expositivo. Por esto, las exposiciones retrospectivas tienen un punto de interés añadido. En estos planteamientos podemos entender las líneas evolutivas de cada trabajo, los giros, decisiones y puntos de interés, así como la manera en la que se relacionan con diferentes épocas y momentos vitales.

Iñigo Arregi (Arrasate, 1954) propone, hasta el 27 de este mes, un camino a través de su creación bajo el título “Dibujando en el aire”. Las piezas, que la Sala Fundación Vital de Gasteiz dispone entre sus paredes, suponen un buen acercamiento al trabajo que Arregi ha venido realizando como uno de los grandes representantes de la escultura vasca. Imposible no acordarse de Oteiza y Chillida en cada paso, cuando nos topamos con el acero corten que compone las láminas ensambladas sin soldadura aparente. Frente a las esculturas de gran formato, una docena de creaciones de tamaño medio nos permiten matizar la mirada de forma más completa, más exhaustiva. De gran interés, la veintena de relieves en los que la tridimensionalidad escultórica aparece domesticada bajo el trabajo pictórico y gráfico. Por otro lado, se echa de menos una indicación de las fechas de realización de los trabajos, que permita seguir la línea temporal de los mismos. Es posible que aparezca como una interferencia un pequeño espacio dedicado a simular un estudio-taller, que el propio artista habita durante diferentes sesiones, y que se satura con varias pantallas que de manera simultánea emiten un vídeo en torno a los procesos de trabajo, montaje e instalación de algunas de sus piezas.

Por su parte, la Galería Windsor Kulturgintza de Bilbo albergará hasta el 30 de noviembre el conjunto de obras que conforman “Entrañable” del pintor Iñaki de la Fuente (Bilbo, 1954). El pasado mes de junio se cumplieron cuarenta años desde que realizara su primera exposición individual, y es este espacio de tiempo lo que dispara el planteamiento de la muestra. Una selección de obras que darán cuenta de su desempeño como pintor durante estas últimas décadas.

Por último, este mes transcurre la edición número quince del festival internacional de arte experimental MEM en Bilbo, con una programación que desde principios de noviembre ha ido combinando exposiciones, performance, instalaciones, presentaciones y proyecciones. A pesar de que gran parte del contenido ya se ha desarrollado, aún queda una última semana para bucear en esta sugerente iniciativa que cada año se mantiene firme en su carácter experimental afín a la contemporaneidad.