BERTA GARCIA
CONSUMO

Centros de formación (I)

Setiembre supone, para niños, jóvenes y muchos adultos, la vuelta a las clases. Por lo general, los más pequeños repiten centro pero los adultos andamos a la búsqueda de lo excelente, el habitual «bueno, bonito y barato». Y, es que como dice otro refrán «del dicho al hecho va un trecho», sobre todo en los centros para la formación no reglada, que hay que mirar con detenimiento antes de aceptar.

Los centros de formación se dividen entre los que imparten enseñanza oficial, con la correspondiente autorización de la Consejería de Educación o el organismo competente (como es el caso de los centros que imparten formación profesional), y aquellos que se dedican a la enseñanza sin validez académica, cuya formación no tiene carácter oficial; es decir, que los cursos impartidos no han sido homologados por organismos oficiales.

Las academias, en su mayoría, proporcionan este segundo tipo de formación, aunque existen también las que ofrecen algún curso específico que puede estar homologado. En estos casos, y solo para esos cursos concretos, la academia debe acreditar la homologación correspondiente a dicho curso.

En todo caso, los centros tienen la obligación de disponer de documentos y folletos informativos, que deben estar a disposición del público desde la oferta hasta la finalización del curso, con la siguiente información:

1. Nombre del curso, duración, horarios y contenido del mismo.

2. Clase de diploma, especificando que no se trata de un título con validez académica o profesional (salvo en los supuestos de cursos homologados). En su caso, si se hace referencia a puntuación en bolsas de trabajo, se indicará la cuantía, baremo y condiciones y, en caso de haberlo, de convenio con la entidad o empresa.

3. Precio, incluyendo todos los conceptos del curso.

4. Información relativa al centro, especificando denominación, dirección, localización del mismo y nombre de la persona física o jurídica responsable.