joseba Eizagirre
MOTOR

Eléctricos y autónomos brillan en Frankfurt

La movilidad eléctrica y autónoma fue la gran protagonista del último salón alemán de Frankfurt, donde los principales fabricantes volvieron a reclamar un mayor impulso de las instituciones públicas a la conducción eléctrica. La canciller Angela Merkel llamó al sector a no relajar los esfuerzos de innovación tecnológica para conseguir automóviles más respetuosos con el medio ambiente y defendió medidas fiscales y de otro tipo para hacer más atractiva la movilidad eléctrica, además del aumento de los puntos de carga.

En la primera jornada, el presidente de Daimler, Dieter Zetsche, propuso reducir un 20% en las emisiones de CO2 de 2021 a 2030, pero con la condición de que se potencie la operatividad de los vehículos eléctricos mediante el aumento de las infraestructuras de recarga. Según subrayó Zetsche, que preside también la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), el objetivo del 20% deberá revisarse en 2025 al alza o a la baja dependiendo de si esas condiciones se cumplen o no.

El consejero delegado del Grupo Volkswagen, Matthias Müller, subrayó también que el éxito de la nueva estrategia de electrificación de su grupo depende de que se ponga en marcha cuanto antes una estructura de recarga rápida tanto en ciudades como en autopistas, en concreto, en Alemania, «donde queda mucho por hacer».

Aunque Müller no hizo referencia al escándalo que protagonizó su grupo en 2015, las noticias sobre el trucaje de motores volvieron a irrumpir en el salón al hacerse público que los servicios franceses antifraude acusan también al grupo automovilístico PSA (Peugeot Citroën Opel) de haber utilizado mecanismos de trucaje en casi dos millones de vehículos diésel (vendidos entre 2009 y 2015) para minimizar las emisiones de NOx en las pruebas de homologación.

El fabricante francés, presidido por Carlos Tavares, negó las acusaciones y aseguró que sus vehículos «nunca han estado equipados con un dispositivo para detectar el test de homologación».

Sea de una forma o de otra, lo cierto es que cada vez son más los modelos eléctricos que se presentan en los salones internacionales. Así, Volkswagen, que anunció unas inversiones de 6.000 millones de euros en cinco años para electrificar los nuevos modelos, presentó en Frankfurt el I.D. Crozz, su primer SUV eléctrico que llegará a los mercados en 2020, así como el prototipo eléctrico Sedric que, además, tiene un nivel de conducción autónoma 5 (el más alto).

La conducción autónoma también centra los trabajos de Audi, que acudió con el prototipo Aicon, que no tiene ni pedales ni volante y que cuenta con una autonomía de 800 kilómetros sin emisiones. También mostró el prototipo de SUV coupé Elaine, el futuro rival del Tesla X, con 435 CV y una autonomía cero emisiones de 500 km.

Por su parte, BMW mostró el prototipo híbrido enchufable X7 y el i Vision Dynamics, un gran coupé de cuatro puertas con una autonomía cero emisiones de 600 kilómetros y una aceleración en cuatro segundos. También exhibió un nuevo prototipo de Mini eléctrico.

Otra de las marcas premium alemanas, Mercedes-Benz, llevó a la cita el EQA Concept, un compacto eléctrico que podría sustituir al Clase A, así como el espectacular AMG Project ONE, un híbrido enchufable que traslada la tecnología de Fórmula 1 a un modelo de carretera, con una potencia de más de 1.000 caballos. También se pudo ver el aspecto del Smart EQ fortwo, un modelo totalmente autónomo que quiere mostrar una nueva visión de la movilidad urbana.

El grupo francés Renault desveló el Symbioz, un prototipo eléctrico que se integra en el hogar para hacer más fácil la vida a sus propietarios, a los que ofrece conducción autónoma de nivel 4, una autonomía de 500 km y una potencia de 500 kW.

Desde Japón, Honda anunciaba que todos los vehículos que lance a partir de 2018 llevarán algún tipo de propulsión eléctrica. Como adelanto, mostró el prototipo Urban EV, el primer vehículo eléctrico de la marca japonesa exclusivo para el mercado europeo.

Modelos «de calle». Pero los fabricantes no viven aún de los eléctricos, por lo que siguen presentando modelos propulsados por motores de combustión, entre los que vuelven a destacar los todocaminos compactos: Seat Arona, Hyundai Kona, Kia Stonic, Mazda CX-3 y Skoda Karoq son algunos de los que llegarán al mercado en poco tiempo.

Entretanto, en el pabellón de Volkswagen pudimos ver el nuevo Polo, que se fabrica en Landaben, así como el nuevo todocamino T-Roc, que se sitúa por debajo del Tiguan pero que estará por encima del T-Cross, el segundo modelo que se fabricará en Iruñea.

Citroën presentó el colorista C3 Aircross, Renault el nuevo Megane RS que estrena motor heredado del Alpine A110 (280 CV) y Dacia el nuevo Duster, con el que pretende marcar nuevos récords de ventas. Land Rover acudió con el Discovery más extremo de la marca, el SVX con 525 CV, y Opel con el Grandland X, el Insignia GSi (260 CV) y su versión Country Tourer, así como el Corsa S.

Entre las marcas asiáticas, Kia desveló el Proceed Concept, que anticipa la futura generación de la familia Cee'd, Suzuki presentó el Swift Sport (140 CV) y Toyota mostró el nuevo Land Cruiser.

Tampoco faltaron los deportivos que tan lejos están de las «cero emisiones», como el Ferrari Portofino (600 CV) o el Lamborghini Aventador Roadster (740 CV), si bien se echó de menos la presencia de fabricantes como Volvo, Nissan, el Grupo FCA (Fiat, Chrysler, Jeep), Peugeot o DS, que por diferentes razones han reducido su presencia en los salones de todo el mundo.

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