IKER FIDALGO
PANORAMIKA

Disciplina

Junto con la escultura, la pintura se erige como una de las grandes disciplinas del arte. Resistiendo al paso del tiempo, a la renovación tecnológica y a las diferentes evoluciones de la creación, muestra una fortaleza capaz de adaptarse a los requerimientos de lo contemporáneo. Un proceso tan plástico como el que supone la relación del pigmento con el lienzo ha sabido amoldarse a cualquiera de las diferentes épocas de vanguardia, así como a la entrada de las corrientes más conceptuales y revolucionarias. Por eso, la pintura tiene un lugar propio en el lenguaje del arte. Un espacio desde el que si bien es imposible no entenderla sin la herencia que acarrea, es capaz de reivindicarse como una pieza clave en nuestra forma de entender el arte. A este respecto reseñamos hoy tres muestras que, a pesar de sus visibles diferencias, funcionan como prueba de la vigencia de lo pictórico.

El pintor alavés Ignacio Díaz de Olano (Gasteiz, 1860-1937) es con motivo del ochenta aniversario de su muerte, protagonista de una muestra retrospectiva en el Museo de Bellas Artes situado en la capital alavesa. “Ignacio Díaz Olano, Pasión por la realidad” poblará las paredes de la pinacoteca gasteiztarra hasta el 11 de marzo del 2018. De estilo eminentemente costumbrista aunque también cercano al bodegón y al retrato, la colección de piezas que pueblan las salas dan buena cuenta de su trayectoria. Cuarenta obras, muchas de ellas recopiladas desde colecciones particulares, dejan entrever un estilo propio y reconocible, en donde un hábil uso de la luz es capaz de aportar dinamismo y veracidad a la representación de la sociedad de su tiempo.

Otro aniversario –el del “Guernica” de Picasso– funciona como detonante para la muestra que el Museo San Telmo de Donostia alberga hasta el 25 de febrero. Un trabajo de investigación sobre la obra del pintor malagueño que es, a su vez, un proceso creativo que ya contó un capítulo inicial en el Museo Artium de Gasteiz en 2012, da forma a “La risa del espacio (Guernica)” de José Ramón Amondarain (Donostia, 1964).

A través de un meticuloso conocimiento sobre la afamada tela, el autor nos propone una deriva por los mecanismos de la creatividad, la producción de arte y la situación contemporánea. El primer momento del año 2012 sirve como preludio y disparador de esta segunda fase. En ella, cuestiones como la propiedad intelectual y la legislación actual, aparecieron en torno al material creado por Amondarain y ahora sirven como ingredientes básicos para un camino que sin duda conviene recorrer.

Damaris Pan (Mallabia, 1983) expone en el Gabinete Abstracto de la Sala Rekalde de Bilbo su proyecto “Ze morena zauden/qué morena estás”. Hasta el 14 de enero podremos disfrutar de los resultados que el programa Barriek de la Diputación de Bizkaia facilita a una generación que está llamada a reivindicar un nombre propio. La obra de Pan es un alegato al acto pictórico. Una demostración de la humildad del gesto que, sin embargo, revaloriza su pertenencia disciplinar. Aunque, sin duda, las piezas de mayor formato condensan nuestra primera mirada, el compendio global acaba enarbolando un discurso potente que se arraiga en una intencionalidad clara: la pintura, no solo como medio o forma, sino también como proceso y modo de conocimiento.