Benoit Pavan
UNA MIRADA AL MUNDO

Artesanos del vinilo

Su taller de prensado ocupa 300 metros cuadrados de un terreno situado al sur del lago de Annecy, en Lathuile, una población de los Alpes franceses. En este lugar idílico, tres apasionados de los discos “de siempre” acaban de lanzar su empresa de manufactura de vinilos, con un objetivo: el pujante mercado de esta industria de antaño. Entre las mandíbulas de la prensa, esperan las plantillas, ya grabadas. Los granos de PVC sin plomo se calientan y después se enfrían hasta formar una pasta homogénea, y se colocan en el centro de la prensa. Las 150 toneladas de presión ejercidas por las dos matrices darán a luz un vinilo, que tardará doce horas en secarse.

En Manufacture de Vinyles, como se llama este taller, se han especializado en discos de 33 rpm de 140 gramos y en Maxi 45, con una producción a escala pequeña de un máximo de 2.000 copias. La idea se les ocurrió hace dos años a Philippe Margueron, Lionel Daviet y Emmanuelle Margueron, tres coleccionistas que suelen rebuscar en los mercadillos y las tiendas de discos las joyas de sus grupos preferidos. Allí se dieron cuentan que las bandas independientes actuales se estaban quedando fuera del revival de este formato en alza. «Los sellos pequeños que trabajan con el principal fabricante francés (MPO) son los últimos a la cola, porque sus prensas están monopolizadas por los majors y las reediciones», explica Philippe Margueron. Tras documentarse con especialistas –principalmente con Third Man Records, el sello del guitarrista Jack White, ex líder de White Stripes, que ha instalado una prensa en Detroit– y aprender en talleres de vinilo de Italia y Alemania, buscaron financiación para la compra de la prensa semiautomática, que ronda los 250.000 euros. Con un costo de producción de cada disco que oscila entre 3 y 8 euros, tienen ya muchos pedidos de grupos independientes franceses, belgas y también suizos. Una imprenta eco-responsable con sede en Italia les fabrica las fundas y recicla la chatarra de PVC.

«Mientras que el CD está desapareciendo, el vinilo va en alza y se están empezando a vender más pletinas, y las nuevas generaciones, que solo conocía las descargas, están comenzando a comprarlas», añaden.