TERESA MOLERES
SORBURUA

Los hongos de jardín

De los hongos de jardín solamente vemos el sombrero o carpóforo, que es la parte reproductiva. Algunos de ellos son de colores vivos y formas parecidas a anémonas de mar, nidos de pájaro o el clásico champiñón. También pueden ser patógenos, como la armillaria, que infesta y mata árboles. Según la exposición y el tipo de tierra encontraremos más o menos hongos. En las tierras ligeras y ácidas nacen a rebosar, mientras que en suelos secos y calcáreos casi ni aparecen. Sucede así porque dependen no solo del agua que hay en el suelo, sino de la cantidad de materia orgánica que hallen para degradar. Como la materia orgánica se descompone rápidamente en tierra calcárea, los hongos no encuentran con qué alimentarse; sin embargo, en suelo ácido la descomposición es más difícil. Por ejemplo, en un bosque de coníferas con abundantes acículas caídas, el suelo es ácido y los hongos encuentran un lugar perfecto para alimentarse tranquilamente.

En el jardín, los hongos descomponen las hojas muertas y las ramitas caídas, pero nunca atacan a las plantas vivas. Un césped algo descompuesto puede alimentar perretxikos comestibles. Pero son excepción, porque la mayoría no son comestibles.

Los hongos llamados micorrizas u hongo-raíz se asocian con las raíces de las plantas, dando lugar a un trueque de alimentación y protección interesante, que ya se denomina y estudia como “revolución verde”.

Los myxomycetes parecen tener memoria, nunca atacan a las plantas, se limitan a arrastrarse por el césped y atiborrarse de bacterias. Sus colores son preciosos: de coral, el que se encuentra bajo los pinos en terrenos muy húmedos o lluviosos mientras que el de azul cobalto coloniza los tallos viejos del boj. La stemonitas de filamentos delgados parece una anémona de mar y le gusta los tocones de árbol en descomposición. Clitocybe, muy común en el jardín, aparece cerca de los arbustos.

Interesantes son las agrupaciones de hongos llamadas “ronda de brujas” o “círculo de hadas”, formadas por círculos de hongos que se reproducen y agrandan durante años. En la Edad Media, creían que salían después de los bailes de las brujas para invocar al demonio. Son eficaces porque depositan el carbono en el suelo, además de cuidar el jardín, la hierba y el clima.