XANDRA ROMERO
SALUD

La piel de los diabéticos

La piel es el órgano de mayores dimensiones que tenemos, tanto que en un adulto promedio posee una superficie aproximada de dos metros cuadrados y pesa alrededor de 5 kg. Está en permanente relación con los otros órganos del cuerpo, y es a través de ella que nuestro cuerpo nos revela disfunciones y malestares que nos afectan. También muestra nuestras emociones: transpiramos cuando estamos nerviosos, nos ponemos colorados si algo nos da vergüenza y hay emociones y estímulos que nos ponen “piel de gallina”.

Además, se trata de un órgano vivo con capacidad de regenerarse, es impermeable, resistente y flexible, respira y se mantiene activo las 24 horas del día realizando todo tipo de acciones fundamentales para nuestro organismo... la piel es un órgano vital para el cuerpo humano.

Sin embargo, no siempre la cuidamos como es debido; es más, ni si quiera somos conscientes de la necesidad de cuidarla, como sucede con otros órganos. Tanto es así, que el mes pasado nos sorprendía la noticia de que el Estado español es el segundo del mundo, justo por detrás de Estados Unidos, con más amputaciones de miembros inferiores a causa de la diabetes tipo 2.

Y es que, aunque a menudo se desconoce, la diabetes puede afectar a cualquier parte del cuerpo, incluida la piel. Hasta un 33% de las personas con diabetes tienen en algún momento en la vida una afección en la piel causada o afectada por la diabetes.

Las amputaciones de miembros inferiores son, por tanto, el fatal desenlace de las personas que padecen el denominado “pie diabético”, una de las complicaciones más frecuentes que sufren los pacientes con diabetes tipo 2.

La diabetes mellitus produce daños graves en los vasos sanguíneos; en especial en las arterias, que son las que llevan la sangre con oxígeno desde el corazón hacia los tejidos. Además, la acumulación de colesterol en estos vasos sanguíneos y el exceso de azúcar en sangre impiden la normal cicatrización de las heridas, lo que provoca la aparición de infecciones que luego pueden progresar hasta la gangrena y la amputación.

Afortunadamente, es posible prevenir o tratar fácilmente la mayoría de las afecciones de la piel si se detectan a tiempo, pero siempre es mejor y más fácil no llegar a padecer “pie de diabético” o diabetes tipo 2, si nos ponemos serios.

¿Cómo evitarlo? Tomándose la enfermedad en serio, llevando un control adecuado de la glucemia (azúcar en sangre) mediante una correcta administración del tratamiento farmacológico, pero siempre apoyado en una dieta saludable.

Parece redundante y muy obvio ¿verdad?; pues no lo es.

Son muchas las personas que, aún tomando medicación para la diabetes, llevan una dieta inadecuada, beben alcohol ocasionalmente y no practican ejercicio físico.

Según estudios recientes, las principales dificultades de no adherirse de forma adecuada al tratamiento de la diabetes tienen que ver con el número de medicamentos utilizados por los pacientes, con las creencias construidas en torno a la alimentación y, por último, con el carácter asintomático de la enfermedad, que muchas veces ocasiona que los pacientes, en su mayoría, no reconozcan la importancia de todos los aspectos de tratamiento.

Por todo esto, si eres diabético o llevas tiempo con la hiperglucemia a cuestas, piensa no solo en la limitación de cero azúcares, sino en las fatales consecuencias que tendría de tomarte esta enfermedad en su globalidad en serio.

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