IBAI GANDIAGA PÉREZ DE ALBENIZ
ARQUITECTURA

Resistiendo a la hegemonía

Cuando todavía no tenía ni nombre, la antropología se perfiló como el estudio del ser humano primitivo. Quién decidía lo que era primitivo o no, esa era la gran pregunta, y daba pie a las más variopintas definiciones de lo que era una cultura primitiva, como aquella que decía (en boca del padre de la antropología cultural, Franz Boas) que los primitivos «eran aquellos cuyas formas de vida eran simples y uniformes». Ya en la década de los 70 del siglo pasado se empezó a superar esta visión supremacista, y se empezó a vislumbrar que la antropología no era sino el estudio del “otro”; esto es, lo que no es uno mismo.

Pues bien, definir qué es o, mejor dicho, quién es lo “otro” resultó ser un problema tan grande o mayor como definir al primitivo. Muchas ramas distintas de la antropología tratan de estudiar o bien la sociedad en la que vivimos desde un prisma determinado (antropología feminista, antropología económica...), o bien algún sector vulnerable o distinguido del resto (antropología migratoria). Todas las ramas comparten, no obstante, un mismo punto de partida: el de una sociedad que vive dentro de una hegemonía cultural y social que impera y que abruma al resto.

Vamos a poner algún ejemplo: Disney estrena una película, que pasa a ser la más vista del mundo en pocas semanas. Las personas que acuden al cine lo hacen con sus móviles en los bolsillos, con aplicaciones más o menos iguales a lo largo del globo. Vestirán de forma muy parecida, con pequeñas y poco reseñables diferencias de atuendo. Todo el mundo igual, sea en Hanoi, en Oslo o en Iruñea.

Esa hegemonía cultural tiene su clara traslación a la arquitectura y el caso del arquitecto vietnamita que traemos hoy, Vo Trong Nghia, viene a cuento por la manera en la que utiliza una técnica tradicional, la de la construcción con bambú, para recuperar una tradición que años de Movimiento Moderno y régimen comunista pretendieron hacer desaparecer. La obra del joven arquitecto vietnamita nos permite profundizar en el estudio de lo hegemónico contra lo particular, en un país que ha pasado de ser uno de los cinco más pobres del mundo en 1985, a tener pisos en Hanoi que cuestan prácticamente lo mismo que en Londres o Nueva York.

La obra de Trong Nghia es muy variada, pero existe una tipología específica que trabaja el bambú como elemento estructural. El bambú es un material idóneo para la construcción: crece en casi cualquier lugar húmedo, crece y se seca en poco tiempo, puede ser transportado con facilidad y unido entre sí para lograr piezas de mayor resistencia, y las piezas pueden llegar a medir dimensiones considerables.

 

 

El estudio de Trong Nghia, VTN Architects, tiene una extensa obra de espacios proyectados con este material, sobre todo dentro del ámbito turístico y hotelero. Se dieron a conocer al gran público con el pabellón de Vietnam en 2015, en el que instalaron árboles en la copa de unas gigantescas estructuras de bambú, denunciando la falta de espacios verdes en ciudades como Hanoi y Ho Chi Min, urbes que se encuentran ahora en plena ebullición capitalista después del aperturismo económico iniciado durante los 90 por el Gobierno vietnamita.

Ese mismo año el estudio presentaba un salón de actos en el resort Naman, evidenciando todo el potencial del bambú como elemento estructural y espacial. Un par de años más tarde, volverían a trabajar el material en varias cúpulas para el complejo hotelero, diseñado por ellos mismos, de la ciudad de Son La. Como hiciera Félix Candela en su destierro de México, los trabajos del vietnamita se desarrollan en ambientes donde lo icónico y lo simbólico tiene mucha importancia.

Aunque dudo que el ánimo del arquitecto vietnamita haya sido resistirse a utilizar un modo de construir “hegemónico” con cajas de acero y vidrio (varios proyectos de vivienda adquieren “tics” de la arquitectura global, aun manteniendo un fuerte carácter local), su apuesta por un material sencillo, barato, local, ecológico y con fuerte ligazón con la tradición local sí que enfrenta una tradición “civilizada” de la construcción a otra “primitiva”, siendo esta última denostada como algo a superar.

La presencia del Trong Nghia en la Bienal de Arquitectura de Venecia, en la cual ha instalado una pequeña pérgola de bambú frente al Arsenale, no ha pasado en absoluto desapercibida y pone en evidencia cómo las herramientas de proyectación y construcción arquitectónicas se han globalizado. Ahora la lógica de lo local, del material tradicional, de la artesanía, se ha sustituido por la lógica del producto.