IñIGO GARCIA ODIAGA
ARQUITECTURA

Paisaje infinito

En una zona rural, en la provincia china de Sichuan, el estudio Archi-Union ha finalizado un centro cultural multifuncional, capaz de albergar exposiciones, conferencias y otros eventos comunitarios; un edificio que destaca gracias a la importancia que el proyecto ha dado a la integración del mismo en su entorno. El nuevo centro responde a los pueblos vecinos y al paisaje natural de la región, utilizando técnicas de construcción tradicionales actualizadas mediante ideas de industrialización prefabricada.

En consecuencia, a pesar de su compleja geometría, el proyecto se construyó en solo 52 días. Toda la provincia de Sichuan es un área conocida por sus tradicionales estructuras tejidas en bambú. Recuperando este conocimiento, Archi-Union concibió un edificio en el que interior y exterior se relacionan de forma directa entre el plano del suelo de azulejo y el de cubierta construido con bambú.

El centro cultural está ubicado en dos parcelas adyacentes rodeadas de áreas agrícolas. En cada una de estas parcelas un círculo grande define los usos que se albergarán en cada zona del edificio. De la unión de esos dos círculos nace un gran contorno que define el perímetro del nuevo inmueble. La forma resultante, similar al símbolo matemático de infinito, preserva el bosque de bambú y los árboles circundantes. Dentro de ese nuevo límite se busca maximizar la continuidad, la horizontalidad y la ductilidad del espacio. El techo flotante proporciona la vista más amplia posible del paisaje exterior. En el mejor de los casos, el visitante puede interpretar esa continuidad como una fusión entre el edificio y la naturaleza que lo rodea.

La cubierta, con su característica forma de cinta de Moebius, está soportada por un ligero armazón de acero prefabricado y rematada con las tejas cerámicas comunes de la región. Estas tejas se van adaptando a las curvaturas cambiantes como un píxel, calculado para describir la complejidad geométrica de la cubierta. De esta forma, la materialidad de este plano actúa como un elemento mediador que vincula el lenguaje vernáculo de la construcción con la geometría abstracta y matemática.

Al ingresar en el edificio, el visitante encuentra dos patios, cada uno de ellos definido por el barrido de las curvas generadas por la cubierta. El espacio abierto ofrece una sensación de calma, donde los usuarios pueden experimentar las estaciones cambiantes a lo largo del año. El suelo de ambos patios está ocupado por un jardín, previamente existente, que se ha conservado en su estado original y uso.

Para poder levantar el proyecto en menos de siete semanas y media, los arquitectos utilizaron un método de madera estructural prefabricado y definido gracias a sistemas de corte y tallado guiados digitalmente. Esto aseguró que el equipo fuera capaz de reducir el desperdicio de material, mientras aumentaba la velocidad de instalación. En el desarrollo de este proyecto se han utilizado muchas investigaciones realizadas a partir de años de experimentación, basadas en tecnologías digitales de fabricación ligadas a la madera estructural.

En cierto modo, este proyecto es un ejemplo de cómo la prefabricación podría redefinir y mejorar el proceso de producción de la construcción rural tradicional. Estos cambios no se harán en el futuro inmediato, ni deberían reemplazar la construcción artesanal tradicional estrechamente vinculada a la vida rural y la industria local. Pero esto no impide que se deba considerar dónde hay oportunidades de innovación y mejora, que podrían integrar los métodos de construcción tradicionales existentes con las nuevas tecnologías y los nuevos métodos de construcción, para dotar de mayor capacidad a estas áreas rurales.

Bambú para lo nuevo y lo viejo. En este sentido el proyecto es también una investigación de la industria asociada al bambú, gracias a la cual se han observado las posibilidades y los límites del uso del bambú como principal sistema estructural de un edificio contemporáneo. El equipo de diseño trabajó con un artesano local que modeló más de veinte variaciones de diferentes patrones de tramas estructurales usando tiras finas de esta madera flexible. Finalmente, la elegida para la fachada del edificio está destinada a producir el efecto de ver algo familiar pero en un nuevo contexto.

A pesar del pequeño tamaño del proyecto, su diseño aúna un gran número de visiones y retos. Este edificio bien podría resumirse como el sumatorio de tendencias que, en principio, podrían ser consideradas incluso antagónicas, como son el uso de tecnologías de diseño digital, el respeto a las tradiciones arquitectónicas y al contexto cultural o el apoyo a las industrias locales. Todas estas fuerzas combinadas están presentes en este centro cultural en el que lo nuevo y lo viejo se suman para experimentarse bajo una forma infinita.