BERTA GARCIA
CONSUMO

Ciberhigiene (I)

Octubre es el mes europeo de la “Ciberseguridad” o seguridad en Internet. En la actualidad nos encontramos conectados las 24 horas del día y estamos expuestos a los riesgos que existen en la Red. El derecho a la seguridad, que como usuarios tenemos, lleva implícita igualmente la responsabilidad individual de poner cuidado en lo que manejamos.

El término novedoso de “ciberhigiene” hace referencia, precisamente, a las medidas rutinarias de limpieza a las que tenemos que habituarnos para mantener en lo posible alejados de nuestros aparatos electrónicos los virus e infecciones que pululan en internet.

Para evitarlos debemos disponer en dispositivos como la tablet, el móvil o el ordenador de la protección de un antivirus y tener el software bien actualizado para evitar que se ejecute automáticamente cualquier código perjudicial. Es importante renovar cada cierto tiempo nuestras contraseñas de acceso y, sobre todo, cuando usemos ciertos servicios online, cerrar siempre la sesión al salir de la página ya que “por defecto” en muchos de ellos aparece marcada la opción de “mantener la sesión abierta”.

Una buena medida es revisar periódicamente los dispositivos desde los que hemos iniciado la sesión y comprobar si sigue activa o cerrada. Marcando la opción “Dispositivos utilizados recientemente” se comprueban los dispositivos que se han utilizado los últimos 28 días y los que siguen activos o con sesión cerrada. Por ejemplo facebook o google.

También hay que borrar el historial de navegación y más si se hace uso de un dispositivo público. Debemos revisar las redes wifi a las que nos hemos ido conectando con el paso del tiempo y eliminar todas las que ya no utilicemos, especialmente las de sitios públicos. Evitaremos, por ejemplo, que cada vez que nuestro dispositivo detecte una red wifi con el mismo nombre, intente conectarse automáticamente ya que podría ser una red wifi maliciosa.

También se deben realizar copias de seguridad con frecuencia de toda nuestra información valiosa e ir eliminando todas las aplicaciones que ya no utilizamos. Son recomendaciones sencillas, cuya práctica frecuente puede minimizar los riesgos que, por desgracia, corremos.