BERTA GARCIA
CONSUMO

Bicarbonato, el otro gran aliado casero

Seguimos comentando sobre los aliados domésticos, por aquello de aportar nuestra pequeña contribución de respeto a la naturaleza. Bueno, y también a nuestra mermada economía familiar, eliminando del carrito “productos superfluos”. Destacábamos la pasada semana lo genial de utilizar el vinagre culinario, y si va acompañado, mejor que mejor. Por ejemplo, con el socorrido bicarbonato de sodio, presente en la mayoría de hogares para mejorar digestiones y desatascar el cuerpo. Si formamos un dúo con vinagre y el susodicho ni se imaginan lo que se consigue con media taza de bicarbonato, una taza de vinagre blanco y cuatro litros de agua hirviendo: un desatascador fulminante de cañerías (fregaderos, inodoros, lavabos).

Ni qué decir de esta pareja cuando se ponen a la tarea de pulir diversas superficies, si se prepara una pasta con ambos. Lo mismo pulen acero inoxidable, mármol o cromo, materiales tan presentes hoy en día en nuestras cocinas. Y si somos manitas con las pinturas, olvidemos el aguarrás, que es abrasivo y no supera al dúo dinámico para limpiar brochas, pinceles y cepillos. Una mezcla generosa de los polvos con tres cucharadas de vinagre y un litro de agua y dejar los utensilios en reposo unas horitas. Probar no cuesta nada.

Si bueno es el vinagre, lo mismo el bicarbonato, ya que con él solito acabaremos con la desagradable grasa del horno, ollas, sartenes y cualquier otro cacharro pringoso, previa espera de que actúe con el aparato, eso sí, con una buena dosis de muñeca. Como acompañante de un detergente de ropa es mayor potenciador que la lejía y otros blanqueadores sintéticos. Usado en seco elimina olores del frigorífico, ácaros en los colchones (espolvoreando sobre los mismos y al rato pasando un aspirador) o sobre baldosas del suelo para mantener a raya, tanto a hormigas como a cucarachas.

La lista del “algodón no engaña” es prolija, pero si aún no se convencen lo mejor es la experiencia tan recomendada por la publicidad de los años ochenta: “Pruebe, compare y si encuentra algo mejor, ¡cómprelo!”