TERESA MOLERES
SORBURUA

Injertos y pralinés

El injerto consiste en colocar una parte de un vegetal leñoso en otro, los dos bien juntos para que los tejidos se unan. Las ventajas de esta técnica son muchas: conseguir plantas más resistentes como se hace con las vides injertadas en variedades americanas para protegerlas de la filoxera; adaptarse a otra clase de suelo, como los perales que se injertan en un membrillero para aceptar un suelo alcalino, sin olvidar que, en general, las plantas injertadas tienen más vigor, florecen antes y son más productivas.

En jardinería, esta práctica se utiliza para conseguir flores de diferentes colores en un mismo pie. Los injertos deben provenir de brotes terminales rectos de plantas sanas y se realizan en un período de tiempo determinado. Así, los injertos de árboles, arbustos y frutales de hoja caduca se realizan al comienzo de la primavera y los de plantas perennes al final de esta estación.

También en primavera se debe retirar el montículo de tierra colocado en diciembre al pie de los rosales para proteger su punto de injerto del hielo y ahora dejarlo al aire. Si no se destapa, o el punto de injerto queda muy enterrado, se corre el riesgo de que crezcan ramitas glotonas de la variedad injertada que habrá que cortar para que su crecimiento no debilite la planta.

Una técnica antes de plantar es la del rebozado de las raíces en una mezcla de tierra de jardín y de estiércol o compost muy maduro con agua denominado praliné. La mezcla forma un barro líquido algo espeso capaz de introducirse y quedarse adherido en los intersticios de las raicillas. Los pralinés comprados llevan incorporadas hormonas para estimular el crecimiento de las raíces pequeñas, incluso algas verdes y micorrizas, los hongos microscópicos que tienen la particularidad de entrar en las células de las raíces y prolongarse en filamentos muy finos para absorber los minerales de suelo.

Las ventajas del uso del praliné son variadas: rehidrata y favorece la cicatrización de las partes dañadas de las raíces y también genera una muy rápida emisión de nuevas raicillas. Además, esta especie de emplasto evita que se formen bolsas de aire entre raíces y tierra de jardín al no entrar en contacto directo con la tierra. Otra cualidad importante es que el praliné aporta a las raíces materia fertilizante que favorece la multiplicación celular y, por consiguiente, un rápido crecimiento de la planta.