TERESA MOLERES
SORBURUA

Stop al pulgón lanoso

El pulgón lanoso, Eriosoma lanigerum, ataca principalmente al manzano, pero también a plantas ornamentales y arbustos de la familia de las rosáceas, cotoneaster, espinos y membrillos del Japón, sin olvidar a los bonsáis en primavera. Por estas latitudes, a esta clase de pulgón no se le conocía hasta que en el s.XIX llegó a Europa procedente de Norteamérica. Este insecto aparece sobre la corteza de los árboles y alrededor de las llagas producidas al podar. Su cuerpo oscuro algo violeta se recubre de filamentos de cera blanca que forma un montón lanoso que caracteriza las colonias. Succiona la savia en los tejidos hasta deformar la planta con pequeños tumores. Cría larvas de una manera vertiginosa; hasta doce generaciones de pulgones se suceden en un solo año.

Una vez detectada la colonia invasora hay que preparar el ataque. Se empieza por cepillar con alcohol de quemar el tronco, ramas y donde quiera que se encuentren. Preferiblemente, las ramas pequeñas se cortan y se queman. Si después de esta medida se produce un segundo ataque, sobre todo en los brotes jóvenes, hay que tratarlos con una preparación a base de jabón negro. Después de la caída de la hoja para eliminar los pulgones en hibernación, el tratamiento de aceite de colza es eficaz para eliminar los pulgones escondidos en las anfractuosidades de la corteza. Hay que tener especial cuidado con las llagas producidas por la poda invernal y untar los cortes con un cicatrizante a base de resina de pino para evitar nuevas visitas de los pulgones. Pero si estos medios naturales no funcionan, se puede optar por el control biológico que consiste en liberar enemigos en cantidades elevadas, se multiplican y atacan los pulgones. El Aphelinus mali es un parásito de pulgón lanoso que se combate en Europa desde 1920. El problema es que no actúa con temperaturas bajas y es muy sensible a los insecticidas. Mientras se utiliza hay que evitar totalmente el uso de productos químicos.

Posteriormente al pulgón le ha salido otro depredador natural y muy eficaz, Chysoperla carnea. La crisopa carnicera es un insecto muy bonito, de color verde pálido con alas transparentes y delicadas. Las larvas pueden destruir colonias de pulgones, incluso si les faltan presas se vuelven caníbales. Se comercializan sus huevos vivos.