Es importante destacar que quien haya pensado alguna vez en tomar batidos de proteínas debería cuestionarse como primer punto si es o no un deportista. Esta premisa parece absurda, pero es igual que un ejemplo que suelo poner en consulta: si no haces una compra adecuada, si no tienes alimentos de calidad en la nevera, no puedes pretender llevar una dieta y adelgazar. Obvio también, pero no siempre.

En cuestión de alimentación específica en el deporte, ¿quién es un deportista y quién no? Y en este sentido, me refiero a alguien que haga un ejercicio físico suficiente como para que necesite cubrir ciertas necesidades nutricionales que no pueden ser cubiertas por medio de la alimentación.

Y es que eso son los batidos de proteína: complementos alimenticios cuyo objetivo es aportar de forma fácil y rápida una cantidad de proteínas que no se puede obtener mediante la alimentación habitual. ¿Para qué necesita un deportista más proteína de la que ya comemos a través de la dieta? Para aportar una cantidad definida de proteínas para la síntesis, la creación y la reparación de los tejidos corporales, puesto que cuando sometemos al cuerpo a cierto grado de ejercicio físico se dañan las fibras musculares y es necesario recuperarlas y así poder adaptarse al entrenamiento. Además, estarían los deportistas que necesitan aumentar de peso en forma de masa muscular. Aunque en este caso, la cantidad extra de proteínas dependerá del tipo de entrenamiento, la intensidad, la duración, la frecuencia, el peso corporal y la composición corporal.

En la misma línea, se podría plantear su uso en situaciones de pérdida de peso significativa en poco tiempo, donde seguro que ha ocurrido una pérdida importante de masa muscular, siempre y cuando la alimentación habitual no esté siendo suficiente como para recuperar los tejidos perdidos.

Por último, también pueden ser interesantes en personas ancianas pues el envejecimiento, si no se mantiene un estilo de vida activo, conlleva un proceso de pérdida progresiva de masa muscular. Asimismo, si tenemos en cuenta que en muchos de estos casos la alimentación habitual se ve dificultada por problemas para morder, masticar, tragar y deglutir, no es extraño deducir que una gran mayoría de los ancianos no cumplen con la ingesta mínima de un gramo de proteína diaria por cada kilogramo de peso, de modo que estos complementos pueden serles de ayuda.

Sin embargo, es importantísimo en cualquiera de las situaciones anteriores que se consulte con un especialista (nutricionista deportivo o clínico, en los demás casos) que supervise y justifique el uso de estos suplementos, ya que su abuso o su uso excesivo podría tener efectos negativos para la salud, sea en forma de una sobrecarga renal y hepática o sea como una disfunción en el metabolismo óseo.

Por cierto y por último, hay que tener cuidado porque el consumo excesivo e injustificado de batidos de proteínas también puede hacer que engordemos. Esto ocurre porque las proteínas no tienen un depósito en el organismo donde se puedan almacenar para ser utilizadas más tarde. Cuando tomamos un batido de este tipo, pero nuestras necesidades proteicas están cubiertas, el organismo las convierte en energía o las almacena en forma de grasa.