XANDRA ROMERO
SALUD

Suplementos y sustitutivos nutricionales

Utilizar algunos sustitutos y suplementos nutricionales no siempre es una buena idea. Una cosa son los adecuadamente elaborados, destinados a deportistas y que son pautados por un especialista, y otra bien distinta son los productos, suplementos e incluso sustitutivos nutricionales de algunas marcas, algunos de los cuales se venden en farmacias y otros los comercializan distribuidores sin la más mínima formación oficialmente reconocida. Algo que, en mi opinión, es el mayor de los problemas.

Pero siguiendo con las cuestiones por las cuales es desaconsejable recurrir a estos productos, hay que mencionar, en primer lugar, que si se realiza una sustitución de la comida de verdad por estos productos altos en proteína efectivamente se puede provocar una pérdida de peso repentina a través de un estado de cetosis; es decir, cuando las células no reciben carbohidratos para obtener energía y el cuerpo se ve obligado a movilizar los depósitos de grasa a partir de la utilización de los ácidos grasos. A pesar de que esta situación puede ser revertida en cuanto se ingieren hidratos de carbono, llevar al organismo a este estado puede tener efectos secundarios y, si la persona no ha trabajado sus hábitos alimenticios, al dejar estas dietas puede volver a recuperar el peso perdido.

En segundo lugar, hay que tener mucho cuidado con este tipo de productos, tal y como advierten desde la Sociedad Española para el Estudio-Avance de la Nutrición y Dietética Deportiva. Y es que el pasado 21 de marzo alarmaban sobre ciertos suplementos nutricionales en lo que a seguridad y salud de los deportistas y población general se refiere. Concretamente, se referían a una conocidísima marca de suplementos nutricionales.

Según exponía esta sociedad, los productos de esta marca contienen una amplia gama de ingredientes listados y otros no listados, lo que dificulta la identificación de una relación causa-efecto entre un único componente responsable con el número de casos de daño hepático o hepatotoxicidad registrado en los últimos años y otros que pueden no ser correctamente asociados.

Desde 2007, varios artículos científicos han mostrado casos de daño hepático asociados al consumo de productos de ésta marca. Uno de los más representativos y reconocidos es un estudio científico de 2011 cuyo objetivo fue esclarecer la relación entre estos productos y la lesión hepática.

Para este estudio, se realizaron búsquedas de reacciones adversas en las bases de datos de los centros de farmacovigilancia del Estado español en busca de informes de lesiones hepáticas asociadas al uso de estos productos desde 2003, cuando se presentó el primer caso, hasta setiembre de 2010. La búsqueda dio como resultado veinte informes de daño hepático, de los que el 60% de los pacientes requirieron hospitalización.

Aunque todavía falta por recabar información más reciente, parece ser que estamos ante la libre disposición de productos nutricionales que prometen grandes beneficios en poco tiempo, que son vendidos en la mayor parte de los casos por personas ajenas al ámbito sanitario y aún así pueden formar parte de estas estructuras empresariales y, de este modo, pautar, recomendar, aconsejar… la ingesta de este o aquel suplemento nutricional a personas sanas pero incluso a pacientes con hipertensión arterial y diabetes mellitus, como quién vende unos chicles... y como si no pasara nada. Hasta que pasa.

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