TERESA MOLERES
SORBURUA

Clematis, floribunda y fuerte

Como a la mayoría de las trepadoras adosadas a una pared, a las clemátides también les beneficia una capa de estiércol y paja después de la plantación. Además, les gusta tener las raíces en un lugar sombrío y fresco para lo que se suelen colocar piedras planas o tejas alrededor de la base de las plantas, que mantienen así las raíces a la sombra. Sin embargo, una propuesta ecológica consiste en plantar a sus pies alguna especie mediterránea, euforbias o ruda Ruta officinale, para que guarden la humedad necesaria.

La clematis debe plantarse a unos 10 cms por debajo del nivel del suelo, sujeta con un tutor de bambú para dirigir su crecimiento por la pared y protegerla del viento. Necesitará riegos frecuentes, sobre todo en el primer año de su plantación, tanto si está cerca de una pared como bajo árboles de copas grandes, para evitar la competencia por el agua entre árbol y esta planta.

La poda de esta trepadora se realiza a finales de invierno, cortando a 30 cms del suelo para que eche nuevas yemas en la parte baja. Las ramas viejas no emiten yemas de reemplazo, aunque pueden conformarse con una buena limpieza después de la floración. En algunas clemátides, como la C. armandii, a veces aparece una rama seca; no hay que preocuparse, se origina por un fenómeno del metabolismo de la planta. Con cortarla el problema está resuelto. Para reproducir la clematis por esquejes, el mes idóneo es setiembre cuando el calor ha bajado. Los esquejes largos producirán en seguida plantas fuertes.

Las clemátides a escoger pueden ser precoces, persistentes, perfumadas u otras de larga floración. La C. montana es generosa en flores; su variedad Giant Star produce enormes ejemplares de tonos pastel. La variedad macropétala Octopus tiene flores rosadas de pétalos afilados. C. armandii resalta por su olor a almendras; otras huelen a narcisos y a chocolate. Continuamente se producen nuevos híbridos con mayor cantidad de flores como la neo zelandesa Avalanche de flores blancas. La invernal C. cirrhosa es semipersistente de flores blancas con manchas púrpura. Como ornamental se utiliza para cubrir además de paredes y árboles, pérgolas y cenadores, y se suele combinar con otras trepadoras, como rosales arbustivos y trepadores, y con la viña ornamental Vitis vinífera.