KOLDO LANDALUZE
CINE

«Elcano y Magallanes»

La factoría de animación vasca Dibulitoon ha llevado a cabo el que, hasta el momento, es su proyecto más ambicioso, “Elcano y Magallanes: La primera vuelta al mundo”. Un largometraje de animación firmado por Ángel Alonso (“Mystical” y “El ladrón de sueños”) e inspirado en los acontecimientos de la expedición de la primera circunnavegación, con la premisa de que no se ciñe en su totalidad a la realidad histórica, y que está adaptado a un modelo de lenguaje audiovisual dirigido al público infantil.

La idea de este proyecto surgió a finales de los 90, cuando los responsables de Dibulitoon quisieron apostar por una aventura basada en un acontecimiento real y cercano. Una historia real pero apasionante que incluía acción, aventura, héroes y traidores. El detonante de todo esto fue el libro dedicado al navegante de Getaria escrito por José de Arteche.

No obstante, en aquella época el principal lastre a la hora de comenzar una odisea de semejante envergadura se concretó en la necesidad de que se produjeran mayores avances tecnológicos, porque en los 90 la animación aún se trabajaba de manera muy artesanal. Con el paso del tiempo y adquirida mayor experiencia y con más medios, la compañía vasca retomó este reto y asentó sus bases a partir de un guion cuyas fuentes principales son los documentos y relatos de la época. «Hay que tener en cuenta que es una aventura que ocurrió hace 500 años y no hay muchos datos del viaje, y además estos a veces difieren con las fuentes documentales existentes. En este caso, tanto los hechos narrados como los personajes mantienen estrecha relación con la base documental», explica Ricardo Ramón, uno de los productores de “Elcano y Magallanes: La primera vuelta al mundo”.

El argumento del filme es resultado de un trabajo de investigación profundo realizado por los guionistas Jose Antonio Vitoria y Garbiñe Losada y su fuente principal fueron los libros y los documentos analizados durante este proceso de búsqueda de información. Por ese motivo, tanto los hechos y personajes representados están basados en hechos históricos y, a pesar de que algunos de ellos sean fruto de la imaginación, resultan verosímiles.

En cuanto al factor técnico, el director Ángel Alonso explica: «Ha habido un análisis técnico considerable. Es lo primero que teníamos que valorar… ¿Somos capaces de afrontar una epopeya de estas características? De hecho, no empezamos el proyecto hasta estar seguros de poder hacerlo. El proceso, partiendo del guion, se desarrolló en un storyboard y después mediante una animática, que no es más que un video del primer montaje en el que se desarrolla la acción, con sonido incluido. Tuvimos que recortar de manera considerable el propio guion ya que el primer montaje que hicimos superaba las dos horas y media de película. Después vinieron los diseños de personajes y decorados, los modelados en 3D, las texturas, la animación, la composición, la iluminación... Es un proceso muy largo. Y, sin duda, la cantidad de personajes fue un verdadero reto. De la docena que habitualmente conforman nuestras historias nos hemos ido a más de 250. Todo un tour de force».

En esta singladura, que se prolonga durante 80 minutos, el viaje nos traslada hasta las islas Molucas, un paraíso en las antípodas repleto de especias y plantas aromáticas. Sin embargo ¿cómo alcanzar esta tierra de promisión si la única ruta conocida era privilegio exclusivo del reino de Portugal? Pues navegando en dirección contraria. Pero lo que en teoría parece sencillo, no lo será tanto en la práctica: tormentas, hambre, tribus de indígenas e increíbles aventuras se interponen en el camino de los protagonistas.

Cinco embarcaciones partieron del puerto de Sevilla y tres años después solo una consiguió volver, completando así un viaje circular alrededor de un planeta cuya forma quedó finalmente demostrada gracias a aquel viaje.

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