MIKEL INSAUSTI
CINE

«La virgen de agosto»

Las películas también son para el verano. Jonás Trueba será el joven cineasta que más cree en tal afirmación, a juzgar por su vivo interés en organizar proyecciones estivales al aire libre y retratar en sus películas el ambiente de una gran ciudad cuando aprieta el calor. En el Festival de Karlovy Vary entendieron muy bien el mensaje de “La virgen de agosto” (2019), al premiarla con la Mención Especial del Jurado y el FIPRESCI de la crítica internacional. Con ambos galardones debajo del brazo el hijo de Fernando Trueba y Cristina Huete, además de sobrino de David Trueba, presentará oficialmente su nueva propuesta el 1 de agosto dentro de la programación de Los Veranos de la Villa, y lo hará en un marco para él tan querido y cinematográfico como los Jardines de las Vistillas. Y para que todo termine de encajar, el estreno comercial será, cómo no, el 15 de agosto, festividad de la Virgen, que este año toca en jueves.

El Madrid castizo es a Jonás Trueba lo que Manhattan a Woody Allen, un lugar de inspiración romántica repleto de rincones menos frecuentados que el autor hace suyos. Se trata de buscar la cara menos conocida de la urbe, la que no sale en las postales ni en las guías turísticas, seguramente porque pertenece a un pasado conservado con especial amor. Al contrario del ferragosto romano que Nanni Moretti describía en uno de los episodios de “Caro diario” (1993), en el que se paseaba en vespa por las calles desiertas, el éxodo vacacional ya no es lo que era. La culpa la tiene la crisis económica que ha puesto en peligro el poder adquisitivo de la antes llamada clase media y, como diría el profesor Niño Becerra, no conviene endeudarse, así que es mejor quedarse en casa y vivir la ciudad de otra manera, como lo hacen los turistas.

La oferta de actividades en Madrid se ha disparado durante el mes de agosto, ya que junto a las terrazas hay música en las plazas, proyecciones, teatro callejero, exposiciones y, por supuesto, las verbenas tradicionales con la de la Paloma a la cabeza. Otra posibilidad, si uno se quiere refrescar en plena naturaleza, es la de huir a la sierra y bañarse en un río o en un lago.

Ése es el ambiente en el que se mueve la protagonista de “La virgen de agosto” (2019), una joven actriz de 33 años llamada Eva y que convierte el resistir en Madrid sin irse fuera en un particular acto de fe. Al principio todo son dudas existenciales, complejos y actitudes pudorosas o inseguras. Sin embargo, no tardará en descubrir que en pleno verano se abren nuevas oportunidades para ella, con relaciones y encuentros inesperados. Al final, la experiencia terminará siendo muy reveladora.

Itsaso Arana, la nueva musa de Jonás Trueba después de que protagonizase “La reconquista” (2016), se encuentra en el momento más dulce de su carrera, y se ha convertido en una presencia con ángel dentro de la pantalla. La de Tafalla es perfecta, un rostro ideal para el cine del menor de los Trueba, tan influenciado por la nouvelle vague. Por si eso fuera poco, sabe decir con naturalidad y gracia unos diálogos siempre divertidos y que suenan espontáneos.

“La virgen de agosto” es una comedia ligera, que se disfruta por su calidez y alegría vital. Está llena de cotidianidad y no falta alguna conversación cinéfila, junto con un cameo del habitual Francesco Carril. Es como un cuento de verano de los de Eric Rohmer, que combina con soltura los pasajes más filosóficos con aquellos otros de tono abiertamente festivo. También puede ser vista en su vertiente más feminista como una película-diario sobre una mujer a la deriva sentimental, que crece personalmente al valorar espacios y lugares que durante el resto del año suelen pasar desapercibidos, y que necesitan ser visitados con más tiempo y de modo relajado. En definitiva, se resalta la importancia de encontrar tu sitio en el mundo, recomenzando de nuevo en clave virginal.

Honi buruzko guztia: CINE