Amaia Ereñaga
la segunda parte de «aupa etxebeste!»

Los Etxebeste vuelven para liarla

Una década después, Patrizio Etxebeste (Ramon Agirre) es alcalde y fuma puros en su despacho, mientras esconde en casa los sobres de los constructores que le «huntan». Hasta que un día, por miedo a acabar en la cárcel, alega problemas de salud y deja la Alcaldía en manos de su mujer, María Luisa (Elena Irureta). Y se desata, entre otras surrealistas situaciones, el #Metoo en versión cabecera de valle. Este es el punto de partida de «Agur Etxebeste!», la continuación de «Aupa Etxebeste!», la comedia rodada en euskara que provocó un auténtico fenómeno social en 2005. Hablamos con algunos de quienes han participado en ambas aventuras.

El salón de plenos de Bergara aparece embellecido como si de una boda se tratara. Ezenarro (Patxi Gonzalez) ha tirado la casa por la ventana –con dinero del pueblo, por supuesto– el día en el que María Luisa (Elena Irureta) releva en la Alcaldía a su marido, Patrizio Etxebeste (un Ramon Agirre en estado de gracia, como la propia Irureta). Sentado junto a la portavoz de la oposición (Aizpea Goenaga) está un concejal un poco especial, el productor navarro Txepe Lara, en uno de los cameos o guiños de los que está repleta “Agur Etxebeste!”, la película dirigida por Asier Altuna y Telmo Esnal que llegó a las salas comerciales el pasado viernes. Rodada en un euskara muy vivo y fácil de seguir, con ritmo y una buena carga de fondo bajo su humor surrealista, tras su estreno en Zinemaldia ahora se está chequeando con la realidad, con el público.

Txepe Lara, quien precisamente acaba de recibir en Donostia el premio Zinemira del cine vasco, fue uno de los productores de “Aupa Etxebeste!” (2005), la primera entrega de la vida agitada de esta familia entrañable, tramposa y que no para de meterse en líos. Hace catorce años, debido a un «pufo» de Patrizio Etxebeste, sus miembros simulaban pasar sus vacaciones en Marbella mientras permanecían escondidos en su casa de Bergara; en la actualidad, el que Patrizio también se haya dejado meter en corruptelas y haya sido comprado por unos constructores muy del país, les lleva al paroxismo.

Txepe Lara no es el único del equipo inicial que repite; lo hace casi la práctica mayoría de quienes se involucraron en aquella aventura. Telmo Esnal lo explica: «Tuvimos la suerte de poder rodar la segunda parte de la película y lo queríamos compartir con quienes habían trabajado con nosotros; con cuantos más, mejor. Entonces decidimos llamar al mismo equipo, a los que quisieran o pudieran hacerlo, tanto a los técnicos como a los actores». «El rodaje fue como un paseo, con muy buen ambiente», añade Asier Altuna.

Iñaki Gomez, a vueltas con la producción. Vaya por delante que de “Agur Etxebeste!” no se hará una versión doblada al castellano, como hace una década, porque la experiencia ha enseñado que no funciona para atraer al público. «La hemos mandado a todas las salas con subtítulos en castellano y cada programador decidirá cómo proyectarla. Para nosotros es muy fácil, porque la tecnología lo permite: mandamos una copia sin subtítulos y, aparte, los propios subtítulos. Pero, ¿sabes qué pasará? Que el espectador no sabrá si está subtitulada o no, porque no se le informa». Quien lanza esta crítica a los medios o los programadores es Iñaki Gomez, director de la productora donostiarra Irusoin, una de las responsables en coproducción de otras películas referenciales como “Loreak” o “Handia”, de los directores Jon Garaño, Jose Mari Goenaga y Aitor Arregi. Irusoin participa también en “La trinchera infinita”, el primer filme en castellano de estos realizadores vascos, una película sobre la memoria de la Guerra del 36 que, tras pasar por el Festival de Donostia, llegará en octubre a las salas.

Aquel “Aupa Etxebeste!” supuso, además, el estreno de Irusoin en los largometrajes de imagen real, después de sus inicios en series de animación (“Lazkao Txiki”, “Pernando Amezketarra” o “Txirrita”) y de recibir el Goya a la Mejor Película de Animación en el 2000 con “Karramarro uhartea” (Joxean Muñoz y Txabi Basterretxea). «En aquella época, como ‘Aupa Etxebeste!’ la compró Canal Plus, tuvimos que doblarla al castellano, y se aprovechó para proyectarla así en Madrid y Barcelona y también en algunas salas de Euskal Herria Pero no funcionó». ¿La razón? «En España, si ruedas en euskara, gallego o catalán no te ve ni cristo, aunque la película la dobles al castellano. Eso no lo digo yo, lo dicen los datos. No ha habido ninguna película de una lengua minorizada del Estado que haya sido un éxito. ‘Pa Negre’ (Agustí Villaronga, 2010) puede ser &bs;la única que funcionara, pero me gustaría saber cómo lo hizo realmente en castellano, porque seguro que nadie la vio». ¿Entonces, plataformas como Netflix pueden ser la solución? «Nosotros, en gran parte hemos podido hacer ‘Loreak’, ‘Handia’ y La Trinchera infinita’ gracias a Netflix –explica Gomez–. ‘Loreak’ fue la primera película en euskara que compraron, y lo hicieron después de verla. ‘Handia’ y ‘La trinchera infinita’ las compraron después de leer el guion».

Iñake Irastorza: Asun vuelve. Como toda buena comedia, la “familia Etxebeste” está repleta de personajes. El núcleo está compuesto por Patrizio y María Luisa, además del abuelo Luziano –un antiguo empresario de boinas reconvertido a la filosofía zen (Paco Sagarzazu, al que este proyecto ha sacado de su retiro)– y su nieto Iñaki (Iban Garate), director de la banda del pueblo y algo necesitado de liberarse... de su mujer y de su vida. Su vecina de la casa de al lado es Asun, la típica mujer cotilla, que vive con un animal de compañía y no para de tomar todo tipo de pastillas. Pillamos a Iñake Irastorza “perdida” en algún lugar de Nafarroa, preparando su próximo proyecto, una obra teatral que dirigirá María Goirizelaia y que compatibilizará con el regreso de “Dublindarrak”, de Ados Teatroa. Iñake Irastorza es una de las intérpretes más veteranas de la escena vasca, del cine y de la televisión. «Tengo suerte con el trabajo, aunque el verano no ha sido tan así. He trabajado en varias series, pero no sé cómo te diría, he estado picoteando: ahora aquí, después ahí... no me puedo quejar, pero así es nuestro trabajo».

El suyo en “Agur Etxebeste!” es pequeño, aunque no dudó en incorporarse a la segunda parte. «Lo que la película cuenta no es una tontería, tiene un fondo profundo y lo cuenta además con ritmo. No creo que nadie se vaya a aburrir. Creo que la gente lo pasará bien, pero que también le provocará qué pensar cuando llegue a casa. Desde el punto de la utilización del euskara también está muy bien, porque es muy vivo».

¿Y cómo ha sido reencontrase con Asun? A la actriz le da la risa. «Ha madurado un poco, pero poquito. Sigue en la misma tónica, con sus pastillas, aunque ha pasado de tener un gato, Pitxitxi, a tener un perro... Es un personaje muy bonito para interpretar, porque no te da ningún dolor de cabeza. Eso sí, tienes que andar con cuidado, porque es fácil que te pases o, por el contrario, que te quedes corta. Tienes que andar con cuidado a la hora de tomarle la medida y hay que darle credibilidad, porque, lo demás, se te va el personaje».

Javi P3Z pone ritmo de cumbia a la rubia. Algo que suele hacer que una película se nos quede marcada en la memoria es su banda sonora y, en las dos versiones de las vicisitudes de los Etxebeste, la reivindicación de las bandas de música de pueblo que hace Javi P3Z resulta de lo más pegadiza. Algo sorprendente, de primeras, viniendo de un músico como él... ¿o no? «Yo digo que chapeau por la banda de Bergara, que me encanta, y por las charangas. Se considera a esta música como menos culta, parece que vale menos, pero para mí la alegría es lo importante». Este compositor, dj y músico donostiarra de larga carrera ha colaborado en casi todos los cortos y largometrajes rodados por Telmo Esnal y Asier Altuna, juntos o por separado, como “Amama”, donde trabajó con Mursego. «Son amigos y confían en mí... o es que no tienen otro músico». ¿Ha envejecido bien la banda sonora? «Para mí no ha envejecido, porque los personajes han evolucionado pero siguen igual; algunos, al menos. Lo que sí he hecho es nuevas melodías o canciones para otros personajes. Por ejemplo, María Luisa tiene su música, que es la más alegre. Es una rumba-cumbia, a la que yo le llamo la ‘rumbia’, que cierra los créditos y que luego se convierte en un ragtime: todo el mundo improvisando, que hasta parece que sea Nueva Orleans de repente. A la banda sonora le he dado millones de vueltas y, bueno, al final lo sencillo tiene mucho trabajo, pero para mí funciona».

Lo de confeccionar la banda sonora es un proceso largo. «Vas haciendo música, pero sobre todo cuando tienes el montaje final es cuando realmente arrancas –explica–. En este caso era más sencillo, porque tenía la banda sonora anterior y no había que pensar en tantas músicas… De todas formas, Etxebeste no la veo como la banda sonora clásica, en plan de sinfonía. Yo de eso no tengo ni idea, no he estudiado música, soy autodidacta. Lo que he hecho son acompañamientos y emociones de cada personaje… el planteamiento no es sinfónico: somos nueve músicos que tocan, la banda Etxebeste. Yo toco la guitarra, Luis Camino la percusión, Carles Belda, el trikitrilari catalán, la triki, Mikel Abrego toca la batería, están los vientos de los que eran los Negu...».

Un último secreto: ¿Dónde está el paraíso? Mientras dejamos a Telmo Esnal descansando –«llevo tres años sin parar, y necesito parar y pensar»– y a Asier Altuna ultimando la película documental que ha rodado sobre Arzak, les preguntamos alguna curiosidad sobre “Agur Etxebeste!” y... «el director artístico, Peio Villalba, nos contó que el dueño de la huerta donde se construyó la txabola de Luziano [un lugar idílico y zen] ha mantenido el txoko como lo dejamos. Antes no había más que una especie de contenedor metálico y una huerta, y nos pidió que no lo desmontásemos. Uno del equipo que pasó por allí vio que las flores y todo lo demás seguía tal cual. O sea que el paraíso sigue allí». ¿En Bergara? «No, en Hondarribia».

 

 

TELMO ESNAL ETA ASIER ALTUNA

«Gizakia, komunitate bezala, oso tristea da»

 

Mugikorrera bidali dio anaiak Telmo Esnali bere 7K-ko lehen portada hura. Telmo eskailera batean dago paratuta, Asier Altunarekin batera, serio. 2005ekoa da azal hura. Bi zuzendari eta gidoilari berri haien lehen film luzea azalera eraman genuen eta, denborak egiaztatuko zuen legez, ez ginen erratu, “Aupa Etxebeste!” izeneko komedia beltz eta dibertigarri hura euskaraz egindako zinemagintzaren mugarri bihurtu zelako; 70.000 ikusle erakarri zituzten leihatiletara. “Handiak” errekorra hautsi zuen arte. Bueno, datuak datu –erlatiboak dira oso, kontuan izanik azken hamarkadan ikusle kopuruak beherakada ikaragarria izan duela, ohituren aldaketagatik–, film hark ondorio asko eta emankorrak izan zituen. Haien artean, orain, hamalau urteren buruan, Etxebeste familiaren abenturaren itzulera, bi hauen «etxeko markarekin»: surrealismoa eta umore garratza. «Portadako galtza horiek oraindik hor ditut», Telmok harrituta.

«Agur Etxebeste!»-rekin, nola ekidin ikusleok «Aupa Etxebeste!»-rekin dugun idealizazio moduko hori? Oroimenean giltzatuta ditugu orduan egindako barreak. Agian ez zen hainbesteraino izango, baina oroitzapen hori ez al da orain etsai bihurtuko?

Asier Altuna: Esan duzuna egia da. Guk “Aupa Etxebeste!” Manchesterren ikusi genuen berriz duela bi urte, elkarrekin gainera. Aspaldian ikusi barik geneukan eta asko gozatu genuen. Baina horixe komentatu genuen, irribarre gehiago eragiten zituela algarak baino.

Telmo Esnal: Azkenean, jendeak ondo pasatzen badu... hori da helburua; jendeak ondo pasatzea.

A. A.: Uste dut guk pelikula bakoitzaren aurrean jarrera aldaketa bat izan dugula. Hau da, “Aupa Etxebeste!”-rekin pelikula on bat egin nahi genuen, ‘de autor’...

T. E.: Gure lehen aukera zen zuzendari bezala, ondo egiten badakizula erakusteko.

A. A.: Hau kontrakoa izan da, hau da, pelikula txukuna egin nahi genuela beti, baina komediara begira, lotsagabe puntu horretaraino. Alde guztietan ibili gara lotsagabe; dekorazioan, gidoian, jantzitegian... beldur gabe ibili gara.

T. E.: Lotsagabe aritu gara, baina zentzu onean. Gure burua frenatu gabe, esanez: ‘Benga, zergatik ez?’.

Oker ez banago, pelikula hau enkargu bat izan da.

T. E.: Esan ziguten ea zer iruditzen zitzaigun, hamar urte betetzean, berriz ere beste pelikula bat egitea pertsonaia berberekin. Enkargua zentzu horretan izan da, baina inork ez zigun esan zer egin. Oso libre aritu gara.

A. A.: Ariketa polita da, baina ez da erraza. Segituan sartu ginen ideiak botatzen, baina gero kosta egin zitzaigun bukaera bilatzea. Hori zailena izan zen, alanbrean ibiltzea [biei batera atera zaie esaldia]. Hori zen gure beldurrik handiena: edo jendea sartzen da...

Desberdintasunak daude bi filmen artean. Bata iluna da, etxe baten barnekoa; bestea, argiagoa. Umorea, lehen, beltzagoa; oraingoan zuriagoa.

T. E.: Ummmm, itxura da. Gauza bat da itxura egitea ezkutatzen zarenean, beste bat da itxura egitea denen aurrean. Egia da kanpoan egin behar horrek argia eta beste tonu bat ematen diola.

Nik zera pentsatu dut, ez ote zituen denborak bigunduko bi hauek?

T. E.: (barrez) Nik uste umore desberdinak daudela. Badago umore zuria, baina beltza ere bai bukaera aldean.

Egia esan, egunerokotasunaren erreferentzia asko aurkitu daitezke «Agur Etxebeste!»-n, bai errealitatea politikoari bai aurretik egin dituzuen lanei dagokienez. «Dantza»-ren tonua antzeman diegu eszena batzuen koreografiei, esaterako. «Metoo» mugimendua ere hor dago, Maria Luisaren ahalduntzean, alderdi politiko eta instituzioen ustelkeriaren salaketa... Hamarkada baten buruan, esaterako, Patrizio Etxebeste ustelkeriaren mailaren gorenera iritsi da.

T. E.: Azkenean, lehenengo pelikulan Patriziok egiten zuena familiaren dirua xahutzea zen; honetan egiten duena da herri guztiaren dirua xahutu. Bera ez da aldatu, bere horretan jarraitzen du.

A. A.: Hor dagoena da korrupzioaren oso denuntzia zuzena. Hori bizi izan dugu. Badaude adibidez beste erreferentzia batzuk: ehiztariak, erregea atera zenean barkamena eskatzen…

T. E.: Elena Irureta bera da Ana Botella… Erreferente asko daude, baina goazen esatera euskaldunak ez garela horrelakoak [begirada maltzurra].

A. A.: Ez bakarrik politikariei, herriari ere egiten zaio kritika; azkenean denok garelako sistema horren parte. Nork ez du maite, azkenean, pintxo bat jan eta zerutik dirua jaso?

T. E.: Horrelakoak gara. Oso tristea da, baina gizakia, komunitate bezala, oso tristea da. Gero igual bakarka aurkitu dezakezu zerbait gehiago, baina komunitate bezala tristea da.

Sindikatuei ederki ematen diezue.

A. A.: “Aldaketarik ez” [udal langileek egiten duten grebaren leloa]. Dena esaten da horrekin. Nire aulkitxoa hemen daukat eta hemen nahi dut mantendu.

Elkarrekin ondo moldatu zarete? Ego-en talkarik?

A. A.: Esaten den bezala, ez zegoen beste erremediorik.

T. E.: Normalean ados gaude. %90ean, gehiago ez bada, ados egoten gara. Desadostasunen bat izan daiteke, baina gauza txikietan. Estrukturaren aldetik segituan iristen gara akordiora.

Egin nahi zenuten pelikula atera al zaizue? Lasai gelditu al zarete?

T. E.: Duda dexenterekin baina… Hori bai, hasieratik egin dugu nahi izan genuen pelikula, baina gertatzen dena zera da, zoritxarrez edo zorionez, pelikula honek baduela non konparatu. Errespetu pixka bat ematen dizu behin egindakoan, zeren nik egin aurretik ez dut horretan pentsatzen.

A. A.: Niri beste lanetan gertatu izan zait banuela ideia bat, ez dakit zenbat urtetan nindoana hausnartzen. Hau etorri da horrela; pertsonaia batzuk genituela eta historiak eraman gaituela horrela. Eta begira non sartu garen! Handik ateratzea zen arazoa!