Marianne Ducroix
La vida tras superar el virus

«Vencedores» del ébola

La epidemia del ébola en la República Democrática del Congo ha dejado ya más de 2.000 muertos desde que se declarara en agosto del año pasado. Más allá de la brutalidad de las cifras, existen también personas que han superado el virus. Esta es la historia de algunos de los «vencedores» de esta epidemia.

Claude Mabowa, de 21 años, es un joven graduado, como otros muchos jóvenes de la República Democrática del Congo. Pero él ha sobrevivido a otro examen, al del ébola. El ejemplo de Mabowa es ensalzado por los equipos que trabajan contra el virus en Kivu Norte (al este del país) porque se ha graduado en un centro de tratamiento del ébola de la capital, Beni. La ONG Alima, que ha gestionado este centro durante varios meses, asegura que Claude Malowa fue testado como positivo después de que hubiese perdido a tres miembros de su familia a causa de esta fiebre hemorrágica (una hermana, un hermano y su madre, concretamente).

El impacto mediático del caso de este joven ha traspasado las fronteras de Beni y también las del país. «Había gente que se acercaba a mí, pero otros se alejaban. Este hecho me ha trastornado bastante aunque, de momento, las cosas evolucionan muy bien dentro de la comunidad», explica Mabowa.

Este joven forma parte del pequeño número de supervivientes del ébola ante las 2.100 muertes que ha generado desde que se efectuara la declaración oficial de la epidemia el 1 de agosto de 2018.

Jeannot es el nombre de otro superviviente. Con 28 años de edad, es asistente comercial en una carpintería y también ha estado internado en un centro de tratamiento del ébola tras contraer el virus cuando trabajaba cerca de otras personas infectadas. Sin embargo, no existe peligro alguno para ellos dos, ya que los «vencedores» del ébola son ahora inmunes al virus, aunque este persista en sus genitales durante varios meses. Existen más casos de supervivencia. Maurice, de 35 años, contrajo la enfermedad mientras cuidaba a un paciente en julio de 2018. Lo pudo contar, al igual que su esposa Espérance, de 26 años, y ahora es el presidente de una asociación de supervivientes del ébola.

La prevención como arma. Existe, no obstante, otro propósito que encabezan los denominados «vencedores del ébola»: estos son enviados al «frente» para convencer a esa parte de la población que se resiste con fuerza a los mensajes de prevención.

El pasado 1 de setiembre, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, entregó varios «diplomas» a cuatro supervivientes durante su visita a un centro de tratamiento. «Los que vienen a este centro tienen la oportunidad de curarse. Es necesario transmitir este mensaje a todo el mundo. No escondan los síntomas. Vengan», insistía.

Era un mensaje destinado a una franja de la población que considera que los centros especializados en esta enfermedad son «trampas mortales» en manos de ONGs extranjeras. Otra mujer que consiguió sobrevivir, Jeanine Kibwana, de 32 años y madre de cinco hijos, admite haber tenido el mayor miedo de su vida cuando llegó a un centro de sanación, donde dos de cada tres pacientes de media no logra superar la enfermedad.

Se trata de la décima epidemia sobre suelo congoleño desde 1976, la más difícil de combatir teniendo en cuenta el contexto de seguridad que vive el país. Vianney Kambale porta los estigmas de las dos «maldiciones» que golpean Congo desde octubre de 2014. Una es la epidemia; la otra es la situación de inestabilidad que sacude al territorio. Kambale huyó a la ciudad de Beni después de que sus vecinos fueran masacrados en el campo en un ataque atribuido a la milicia de origen ugandés ADF, rebeldes que han matado a centenares de civiles en los últimos años. Esta mujer contrajo la enfermedad poco después de su llegada a Beni. Ahora trabaja cerca de los pacientes, en el centro de tratamiento que le salvó la vida.

El pasado mes de julio, la Organización Mundial de la Salud elevó la amenaza de ébola en la República Democrática del Congo al rango de «urgencia de salud pública de alcance internacional». La epidemia, declarada en agosto del año pasado, es la segunda más grave de la historia, detrás de otra que dejó más de 11.000 muertos en Guinea, Sierra Leona y Liberia entre 2014 y 2016. El pasado mes de setiembre más de 1.000 personas fueron declaradas enfermas de ébola en el país congoleño y se contabilizan ya más de 2.000 muertes, según los datos facilitados por el Ministerio de Sanidad.