Aimar Etxeberria
2019ko azken igandea; Urte berriaren atarian

Gran Bretaña: encauzado el Brexit, afronta el reto territorial

Tres años y medio después, y tras dos pasos por las urnas, Gran Bretaña se dispone por fin a encarar la fase final del Brexit. La mayoría absoluta lograda por el conservador Boris Johnson en los comicios del 12 de diciembre hace que el país dé por finalizado un periodo marcado por el bloqueo permanente en Westminster y abra una época con nuevos retos, nuevas incertidumbres.

Gran Bretaña saldrá de la UE el próximo 31 de enero. Y lo hará de la manera establecida en el acuerdo entre Johnson y Bruselas; es decir, antes de romper las cadenas definitivamente, el país tendrá que realizar un periodo de transición en el que deberá sentar las bases de su futura relación con el bloque comunitario. Tiene menos de un año para ello, hasta diciembre de 2020, lo que significa que el líder tory tendrá que volver a Bruselas y sentarse de nuevo a negociar.

Con la mayoría absoluta en el bolsillo y sin oposición interna dentro del Partido Conservador tras la purga realizada antes de las elecciones, Johnson tiene la potestad de decidir por él mismo el tipo de Brexit que quiere; o bien ablanda su posición y busca una relación comercial estrecha con sus socios hasta la fecha, o rompe amarras definitivamente con el bloque comunitario para lanzarse a los brazos de Donald Trump, que por algo fue uno de los primeros líderes en felicitar a Johnson por su victoria electoral.

Sin embargo, los de Johnson son males menores en comparación con los del líder laborista, Jeremy Corbyn, que fue el gran perdedor de la jornada electoral. Sin legitimidad para seguir en el cargo, Corbyn intentará que la renovación laborista pase únicamente por su relevo, sin que haya que cambiar el rumbo izquierdista que él y los suyos emprendieron. Especialmente doloroso resultó para el partido ver cómo varias decenas de feudos laboristas pasaban a manos conservadoras, entre ellos algunos que jamás habían votado a un candidato tory. La “muralla roja” se derrumbó, para dejar paso al surgimiento de una nueva identidad política en las islas británicas.

Además de Johnson, la cita electoral también resultó victoriosa para el SNP escocés. La formación gubernamental, que se presentaba a los comicios con un segundo referéndum de independencia como propuesta estrella de su programa electoral, arrasó al norte de la isla para llevarse 48 de los 59 escaños a disputa en Escocia. Su líder y ministra principal del país, Nicola Sturgeon, tiene entre ceja y ceja la celebración de una segunda consulta independentista en la segunda mitad de 2020, y no dejó pasar la ocasión para anunciar que volverá a solicitar oficialmente la transferencia de las competencias para que Holyrood pueda convocar dicha consulta.

Pero los retos territoriales que Johnson tendrá que afrontar en el futuro próximo van más allá de Escocia. En el Norte de Irlanda, donde las formaciones opositoras al Brexit se aliaron en torno a un voto táctico contrario a la retirada, los nacionalistas superaron por primera vez en número de escaños a los unionistas, castigados especialmente por anteponer la restauración de una frontera que volvería a dividir la isla al Brexit de Johnson.