MIKEL INSAUSTI
CINE

«Seules les bêtes»

La distribuidora Festival Films mantiene de momento como fecha de estreno para la nueva película de Dominik Moll el viernes 26 de junio, siendo uno de esos títulos interesantes que pueden atraer al público cinéfilo de nuevo a las salas de proyección. Cuenta con dos nominaciones para los premios César a la Mejor Actriz de Reparto (Laure Calamy) y al Mejor Guion Adaptado (Gilles Marchand y Dominik Moll), después de su presentación en el festival de Tokyo, donde obtuvo el Premio del Público y el de Mejor Actriz para la joven Nadia Tereszkiewicz. Su mayor atractivo radica en que se basa en la multipremiada novela homónima de Colin Niel, publicada en la colección Principal Noir. Una obra de estructura narrativa compleja y de difícil traducción al lenguaje cinematográfico, por lo que supone todo un desafío para cualquier realizador, pero con el aliciente de la innovación, al pertenecer al género todavía en ciernes del thriller global.

“Seules les bêtes” (2019), cuyo título original ha sido respetado tanto en la versión doblada al castellano (Solo las bestias) como en la anglosajona (Only the Animals), es el sexto largometraje del cineasta francófono de origen alemán Dominik Moll, conocido y valorado por sus inquietantes thrillers. Tras debutar con “Intimité” (1994), inspirada libremente en un texto de Jean-Paul Sartre, triunfó internacionalmente con su posterior “Harry, un amigo que os quiere” (2000), que contiene la mejor y más turbadora caracterización del actor catalán Sergi López. Ya se había hecho un sitio en el mejor cine de suspense, lo que vino a confirmar “Lemming” (2005). Con “El monje” (2011) tal vez forzó demasiado la máquina, con una representación medieval al estilo misterioso de “El nombre de la rosa”. De ahí que a continuación quisiera cambiar de género y descongestionarse con la comedia “Des nouvelles de la planète Mars” (2016), como un cambio de registro suficiente para volver a su esencia explorando caminos poco transitados.

“Seules les bêtes” presenta un mundo lleno de contrastes a través de una acción que pasa de la zona montañosa y aislada de la meseta de Causse Méjean a las bulliciosas calles de Abiyan, en Costa de Marfil. Se da la circunstancia paradójica de que se muestra un recóndito lugar del primer mundo en el que su escasa población vive de forma tradicional en granjas con cultivos y ganadería, mientras que la localización escogida del tercer mundo revela cómo han llegado hasta allí las nuevas tecnologías. Por lo tanto, las conexiones entre puntos tan distantes se dan por medio de las redes, ya que la ciberdelincuencia aporta un nuevo recurso económico en los países más pobres.

El intrincado y viajero relato se divide, al igual que en el libro, en cinco capítulos principales correspondientes a cinco personajes, que son Michel (Denis Ménochet), Alice (Laure Calamy), Joseph (Damien Bonnard), Marion (Nadia Teresezkewicz) y Bibisse (Guy Roger N’Drin). Alice es la hija del terrateniente local y está casada con Michel, que fue empleado de su padre. Como es asistenta social entra en contacto con Joseph, un hosco granjero al borde de la exclusión social, del que se hace amante, y que pronto se convertirá en principal sospechoso de la desaparición de Evelyne (Valeria Bruni Tedeschi), casada con un rico empresario y emparejada con Marion, mucho más joven que ella. Y el quinto en entrar en escena es Bibisse, el ciberpirata africano.

Y lo que une a estas cinco diferentes personalidades es justo la misteriosa desaparición de Evelyne, cuyo coche es encontrado en un camino perdido de montaña tras una noche de tormenta de nieve. Todo comienza en ese frío e inhóspito ambiente a lo “Fargo” (1996), sin que las pesquisas policiales ayuden mucho a esclarecer los hechos. La información va llegando mediante la repetición de escenas, las cuales incorporan al modo “rashomoniano” distintos ángulos y puntos de vista.

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