Xandra  Romero
Nutricionista
SALUD

Gordofobia sanitaria

El actual discurso oficial sobre la obesidad se impuso durante la primera mitad del siglo XX gracias a las revistas de divulgación científica, las campañas promovidas desde las administraciones sanitarias, la industria cosmética, el mundo de la moda, etc. En general, hoy día estos y, sobre todo, los discursos mediáticos, normalizan la delgadez (la extrema) y categorizan todo lo demás como una excepción. El poder de este discurso hegemónico genera una estigmatización de aquellas personas, sobre todo mujeres, que no cumplen con el canon establecido.

Gordofobia es un término utilizado cada vez más popularmente, en reconocimiento a la discriminación social y médica que personas con más peso del aceptado padecen. Sin embargo, la discriminación de las personas con obesidad es un problema común que puede conducir a un aumento de peso adicional. La estigmatización de la obesidad está presente tanto en los profesionales médicos como en la población en general. Quién no ha sufrido un típico: «Ese dolor de rodilla es porque tienes que bajar de peso», «no puedes engordar más de 9kg en el embarazo o te pondremos a dieta»... Opresión que es omnipresente y es demasiado común entre sanitarios, como se muestra a través de estos estudios:

Estudio 1 de 2020: “Percepciones de estudiantes de enfermería sobre personas con problemas de obesidad: creencias, actitudes, fobia”. Involucró a 658 estudiantes del departamento de enfermería de una universidad turca. Se usaron varios test como la Escala de fobia a la grasa (FPS), la Escala de actitudes hacia personas obesas (T-ATOP) y la Escala de creencias turcas sobre personas obesas (T-BAOP). Reveló que los estudiantes tenían niveles moderados de fobia a las grasas y actitudes hacia las personas obesas y creían que la obesidad estaba controlada por las personas.

Estudio 2 de 2020: “Estigmatización del peso entre estudiantes de fisioterapia y fisioterapeutas registrados”. Contó con 285 fisioterapeutas certificados y 115 estudiantes y se utilizaron los mismos test que en el estudio anterior. Los resultados mostraron que no había diferencias significativas en los puntajes de dos de los test entre los grupos, lo que reflejaba que ambos demostraron estigmatización de peso promedio. Sin embargo, en comparación con los fisioterapeutas certificados, los estudiantes de fisioterapia creen más firmemente que la obesidad no puede ser controlada por el individuo.

Estudio 3 de 2015: “El estudio changes de estudiantes de Medicina”. 4.732 estudiantes de primer año de 49 facultades completaron una encuesta en la web. La mayoría exhibieron sesgos de peso implícitos (74%) y explícitos (67%). Las puntuaciones de sesgo de peso implícito fueron comparables con el sesgo informado contra las minorías raciales. Las actitudes explícitas eran más negativas hacia las personas obesas que hacia las minorías raciales, la homosexualidad y la pobreza.

Estudio 4 de 2015: “Gordofobia en estudiantes mexicanos de nutrición”. Participaron 630 estudiantes de 18 a 25 años. Solamente el 12% presentaron actitudes neutrales positivas, mientras las del 88% fueron negativas. Alta prevalencia de fobia hacia la obesidad.

Estudio 5 de 2013: “Sesgo de peso entre los dietistas, médicos, enfermeras y nutricionistas en formación del Reino Unido”. Tuvo como objetivo evaluar el sesgo de peso entre los 1130 profesionales sanitarios británicos en formación. Los participantes demostraron niveles significativos de fobia a las grasas, mientras solo el 1,4% expresaron ‘actitudes positivas o neutrales’.

Como se puede observar en los resultados de estos estudios, existen niveles inaceptables de sesgo de peso o gordofobia entre los estudiantes y futuros enfermeros, médicos, dietistas-nutricionistas y fisoterapeutas, así como en los que ya lo son. Estas creencias de los sanitarios podrían afectar su juicio clínico y su comportamiento como profesionales de la salud, teniendo en cuenta que la mayoría juegan un papel importante en la prevención y el tratamiento de la obesidad, lo que conlleva lamentables consecuencias sanitarias y sociales. Y, por último, me gustaría recordar a los colegas sanitarios, un par de cuestiones: La primera, leída en Acta sanitaria, que dice: «En España el abordaje de la obesidad es folklórico y corrupto. Es decir, producto de la financiación por las industrias de la nutrición a las sociedades “científicas” que se relacionan con la obesidad y que llegan a “consensos” y “guías” sin ciencia, y con poca ética. Por consecuencia, lo que se hace en clínica y salud pública es generalmente dañino». Y, por último, que hablar de gordofobia es hacerlo de una sociedad y un sistema sanitario que humilla, invisibiliza, ridiculiza y excluye a un grupo de personas por el hecho de tener una determinada característica física de la cual, no es culpable.