Berta Garcia
CONSUMO

Economía circular

La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende. Las razones para avanzar hacia esta nueva economía son rotundas, porque a la par del crecimiento demográfico mundial crece la demanda, y los recursos naturales (materias primas) son limitados y finitos, sin hablar del terrible impacto medioambiental que ha ido en aumento en pocas décadas.

La Comisión Europea, en fechas recientes, ha aprobado el nuevo “Plan de Acción de Economía Circular” que va acompañado de medidas legislativas e iniciativas a lo largo de todo el ciclo de vida de los productos, dirigidas, por ejemplo, a su diseño, la promoción de procesos de economía circular, el fomento del consumo sostenible y el objetivo de garantizar que los recursos utilizados se mantengan en la economía de la UE durante el mayor tiempo posible.

La teoría ideal. Medidas como la prevención de residuos, el diseño ecológico y la reutilización podrían ahorrar dinero a las empresas de la Unión Europea, mientras se reduce la emisión anual de gases (CO2) por debajo del 45% actual solo en el proceso de producción. Así mismo, es necesario estimular la innovación para que las industrias puedan reemplazar un tipo de fabricación por otro menos contaminante y con productos más duraderos.

De momento –y como teoría ideal– no está mal, pero el modelo choca frontalmente con los intereses de los partidarios del modelo económico lineal tradicional, basado en el concepto “usar y tirar”, que requiere de grandes cantidades de materiales y energía baratos y de fácil acceso. Y es que la resistencia es compartida, aunque con intereses distintos, claro, ya que abarca tanto a los dueños del dinero como a quienes lo generan con su trabajo, porque en el ciclo de producción hay millones de mano de obra que ven peligrar su continuidad laboral, y que como personas consumidoras tienen el corazón dividido.