Teresa Moleres
SORBURUA

División de vivaces

Con los años las vivaces florecen menos porque necesitan más sitio y juntas unas con otras acaban ahogándose. Vemos, además, que la mata se ha hecho muy grande, que la parte central ha quedado despoblada y que se ha producido un desarrollo excesivo del follaje en detrimento de las flores. Si las dividimos ahora, conseguiremos que se regeneren. Antes de hacer esta operación, esperar a que salgan nuevos brotes. Así sabemos que ya están en crecimiento y que echarán raíces rápidamente después de trasplantarlas. Las vivaces que florecen en verano u otoño se dividen en mayo y las que lo hacen en primavera se dividen en otoño. Como regla para que florezcan en abundancia, la división de las vivaces debe hacerse cada dos o tres años.

Los pasos a seguir empiezan por escoger un día templado de primavera o de otoño cuando el suelo está húmedo pero no empapado; cavar con una azada alrededor de la mata para levantarlo y sacar el cepellón con sus raíces. Si el suelo es arcilloso, el cepellón será muy voluminoso: dividirlo en 2 ó 3 porciones del tamaño de un puño con tallos y raíces. Las gramíneas son muy duras, por lo que será mejor utilizar un cuchillo. Cuando la planta es vieja, elegir las porciones de la parte externa, ya que la del centro suele estar muerta. Limpiar las raíces estropeadas y cortar las sanas en varios cms.

Una de las porciones se puede plantar en el mismo lugar donde estaba la planta y los otros trozos en los sitios escogidos. El agujero de plantación será algo más profundo que la altura del cepellón, al fondo le irá bien una mezcla de abono orgánico. Ajustaremos la tierra de tal manera que los tallos sobresalgan de la superficie, presionaremos con las manos a los lados de la planta y formaremos una cubeta o cerco de tierra para retener el agua de riego alrededor de la base de los tallos.

Para acabar sería conveniente colocar algunas piedras alrededor del pie para sujetar la planta y regar durante la semana siguiente para mantener la humedad si el tiempo es muy seco. Antes de desarraigar una perenne consultar si tolerará el trasplante. A las peonias, anémonas, cardo azul, incarvilles o campanillas chinas no les gusta que les molesten y pueden tardar años en recuperarse.