Xandra  Romero
Nutricionista
SALUD

Salud en todas las tallas

Hace ya algún tiempo que se está escuchando el término HAES, que en castellano se refiere a “Salud en todas las tallas”. Este movimiento, por más innovador que nos parezca, lleva gestándose los últimos veinte años. El movimiento HAES es un modelo que intenta promover la salud integral y el bienestar desde una aproximación neutral respecto al tamaño o peso corporal. Es decir, que valora la salud globalmente sin ponerla en contraposición con los kilos que pesemos. Así, HAES denuncia el sistema de salud discriminatorio basado en el sesgo y estigma hacia las personas con un peso elevado y que se da en el modelo de salud peso-centrista en el que estamos inmersos.

En la práctica, ¿qué significa? Que cuando acudas a un especialista sanitario con sintomatología de cualquier índole, no lo achaque directamente a tu peso corporal sin hacer una adecuada valoración de tu estado nutricional (no solo el IMC) y de la sintomatología que presentas. Los cinco principios del modelo HAES son:

1. Inclusión de pesos: se rechaza la idealización de los cuerpos delgados y la patologización de los cuerpos con mayor peso. 

2. Mejora de la salud

3. Cuidado respetuoso: reconoce la necesidad de acabar con el sistema sanitario basado en el peso y con los sesgos internalizados relativos al peso. Es decir, acabar con la gordofobia sanitaria.

4. Comer para el bienestar: se promueve una alimentación flexible, individualizada, basada en las señales de hambre y saciedad y en el placer, las costumbres y las necesidades nutricionales. Rechazando dietas o planes de alimentación rígidos y restrictivos.

5. Movimiento que realza la vida: apoya actividades físicas adecuadas a cada persona, placenteras, según capacidad, habilidad e intereses y se rechazan los planes de ejercicio usados para adelgazar o moldear el cuerpo.

¿Esto significa que “todo vale”? ¿Hay evidencias científicas que apoyen este modelo innovador de salud? No, no habla de que te “descuides o descontroles”, sino de que te cuides teniendo en cuenta que “cuidar” la salud no es solo (y ni si quiera es) un peso determinado, sino mucho más.

HAES reconoce que ambos extremos de peso corporal pueden relacionarse con resultados de salud negativos, pero no existe evidencia que demuestre que sea el peso en sí mismo la causa de dichos resultados, ni que la pérdida de peso evite esos resultados.

Igualmente, respecto a la delgadez, si el bajo peso es resultado de la malnutrición o la restricción, estas son precisamente las conductas que hay que tratar, no el peso en sí mismo, que aumentará como resultado de lo anterior.

De lo que sí hay evidencia es de que el estigma de peso se asocia con los mismos resultados de salud negativos que se achacan al peso y de que los ciclos de pérdida y ganancia de peso perjudican significativamente a la salud (metabólica y mental) del individuo. Y sí, el modelo HAES cuenta con evidencia acumulada de más de veinte años. Varios estudios han analizado el impacto de sus programas e intervenciones. En “Salud en todos los tamaños y comportamientos alimentarios: resultados de seguimiento de un año de una intervención de aceptación de tamaño”, evaluaron actitudes y conductas alimentarias como moderación, desinhibición y susceptibilidad al hambre, calificaciones del apetito (deseo de comer, hambre, saciedad y posible consumo de alimentos), variables antropométricas y metabólicas (índice de masa corporal, circunferencias de cintura y cadera, niveles de grasas en sangre y otros) y la participación en actividad física moderada a intensa. Lo hicieron en un grupo control y en un grupo de personas que seguían este modelo. Los resultados indicaron que, en comparación con el grupo control, un enfoque HAES tenía efectos beneficiosos a largo plazo sobre las conductas alimentarias relacionadas con la desinhibición y el hambre.

Otro estudio llamado “Una intervención de salud HAES mejora la alimentación intuitiva y la calidad de la dieta en las mujeres canadienses” y que estuvo compuesto por 216 mujeres con normopeso, sobrepeso y obesidad que participaron en el programa HAES y que se compararon con 110 mujeres con normopeso, sobrepeso y obesidad pertenecientes al grupo control, resultó en que las mujeres del programa HAES aumentaron significativamente su puntuación de alimentación intuitiva en comparación con las del grupo de control en la postintervención y en el seguimiento. También se observó una mejora significativa en la calidad de la dieta en el grupo HAES.

Así pues, es hora de cambiar el paradigma de salud en el que todo se basa en los kilos y tengamos en cuenta el daño que este estigma (carente de evidencia) ejerce sobre nuestra salud física y mental.