TERESA MOLERES
SORBURUA

Alegrar noviembre

Estamos a tiempo de plantar flores de colores vivos como crisantemos y begonias y un arbusto, el cotoneaster de brillantes hojas verdes con bayas rojas, para alegrar noviembre. Los crisantemos son plantas vivaces a las que conocemos por ser las flores de Todos los Santos; necesitan tierra rica porque son golosos, con buen drenaje. La tierra hay que mezclarla con compost a partes iguales. Les gusta el sol, a la sombra solo crecen tallos largos con pocas flores. Además, como envejecen cada año, es conveniente replantar trozos del cepellón sacados de su parte exterior por ser los más vigorosos. Esta operación hay que realizarla cada 4 años.

Las begonias son también vivaces que pueden vivir hasta 15 años en el interior de la vivienda, siempre que plantemos esquejes para rejuvenecerlas. Unas se cultivan por sus flores como la Begonia semperflorescens y otras como la B. rex por sus atractivas hojas coloreadas e incluso formando espirales. Los esquejes se sacan fácilmente en mayo, cuando comienza su nuevo periodo vegetativo. Cortar una rama lateral que plantaremos en tierra ligera, con poco riego y cubierta con un plástico, que cuidaremos de ventilar para evita la putrefacción.

Tierra ligera con buen drenaje es la que necesitan las begonias imitando en lo posible al sotobosque, su lugar de origen. No les gusta ni la humedad del invierno, ni las corrientes de aire. Es apropiado durante las heladas cubrirlas con tela protectora si están en la terraza. Las de interior deben estar en un lugar fresco con riego escaso. Los cotoneasters se pueden plantar ahora, después de desherbar bien la tierra. Contamos con dos variedades, una rastrera de un 15 cms de altura y la arbustiva, que puede alcanzar seis metros. A los pájaros les encantan sus bayas rojas y brillantes que se dan en abundancia y constituyen su mayor atractivo invernal.

La variedad más conocida, Cotoneaster lacteus, se ramifica en diversos troncos siempre que durante los primeros años se realice una talla apropiada. Necesitan un espacio de al menos tres metros alrededor para crecer bien, en un suelo bien drenado y pedregoso. El cotoneaster se utiliza como bonsái para principiantes porque es duro y admite correcciones con los errores de poda.