Berta Garcia
CONSUMO

Financiar las compras

En los últimos años han crecido de manera importante diversas entidades de crédito o pago aplazado, y más con el auge del comercio electrónico, que nos ofrecen una solución aparentemente rápida y sencilla, para hacer frente a gastos no muy significativos que pueden surgir. Se trata esencialmente de las llamadas empresas fintechs que ofrecen aplazamientos del pago de compras y cuyas características son la rapidez en la disposición del dinero, una contratación fácil y cómoda con unos trámites mínimos. Pero ojo al chollo, porque no es oro todo lo que reluce y esta forma de financiación facilona puede acarrear serios problemas de sobreendeudamiento.

Esta nueva forma de pagar en el comercio electrónico ha seducido a los millennials y a la Generación Z, quienes son cada vez más reacios a asumir tipos de interés elevados para financiar sus necesidades o deseos, y, particularmente, a aquellos grupos de las generaciones más jóvenes que no podían o les resultaba difícil acceder al crédito convencional por no acreditar un score crediticio alto.

El uso. Si bien este nuevo método de pago es una forma más fácil y económica de acceder al crédito y escapar de los altos intereses de las tarjetas de crédito, también es una nueva manera de caer en el pozo del sobreendeudamiento si no se hace un uso adecuado de esta nueva vía de financiación, pues es realmente fácil acumular varias deudas a corto plazo con distintos proveedores, sobre todo si se tiene en cuenta el fomento de las compras impulsivas por parte de estos proveedores, con la finalidad de aumentar las tasas de conversión de sus clientes (comercios), y la opacidad de este tipo de deudas en el historial crediticio del cliente. (http://centrodeestudiosdeconsumo.com/)

Esta es su cara oscura porque en el mercado nada es casual ni desde luego un chollo, y alguien tiene que acabar pagando esas deudas. Por ello, y para evitar que las generaciones más jóvenes se vuelvan adictas a este sistema de compra-pago es más necesario que nunca regular el sector y, como no, que aterrice de una vez la tan esperada ley del sobreendeudamiento.