Mikel Insausti
Crítico cinematográfico
CINE

«The French Dispatch»

La última película de Wes Anderson nos toca muy de cerca, por lo que tiene de homenaje a la profesión periodística, y más aún a quienes escribimos en prensa sobre cine. Lo que pasa es que el cineasta texano se refiere a las ligas mayores, a la crème de la crème de la escritura, al inspirarse en su revista preferida, nada menos que “The New Yorker”. Desde que se fundó, hace casi ya un siglo, ha contado en su redacción con el mejor equipo de cada época, presumiendo de articulistas, columnistas, historietistas, ilustradores o reporteros y reporteras del primer nivel. Es toda una institución en la publicación de relatos cortos, firmados por célebres autores. Por sus páginas han pasado Truman Capote, Raymond Carver, Woody Allen, Roald Dahl, John Updike, J.D. Salinger, Charles Addams, Robert Crumb, Hannah Arendt, Steve Martin, Dorothy Parker, Susan Sontag o E.L. Doctorow.

Para darnos cuenta de su dimensión cultural, no hay más que comprobar la larga lista de películas que se han basado en cuentos literarios procedentes de dicho medio, como por ejemplo el clásico de Vincente Minnelli “Meet Me in St. Louis” (1944), a partir de un texto de Sally Benson, o la correalización de Frank Perry y Sydney Pollack “El nadador” (1968), que adaptaba un texto de John Cheever, o la película de Spike Jonze “El ladrón de orquídeas” (2002), adaptación de Susan Orlean, o la de Ang Lee “Brokeback Mountain” (2005), adaptada de Annie Proulx, o la de Sarah Polley “Lejos de ella” (2007), adaptando a Alice Munro.

La historia de “The New Yorker”, imposible de resumir, aporta, sin embargo, un inmenso caudal de personajes a Wes Anderson para hacer su recreación a escala de lo que sería su revista ideal, que vendría a ser una publicación anglosajona con su despacho francófono, algo así como el súmmum del cosmopolitismo, de acuerdo con su progresiva europeización. Para entenderlo en términos de producción cinematográfica, habría que comparar el cine autoral a lo grande de Anderson con el de Fellini ya que, además de los lujosos repartos corales, se sirve de una costosa dirección artística con decorados caprichosos, cuando no excéntricos. Esto explica que “The French Dispatch” (2021) haya costado un total de 25 millones de dólares.

Una cantidad que va a ser superada por su siguiente proyecto, todavía sin título, y que se empezó a rodar este verano en la localidad madrileña de Chinchón. A la vista de las monumentales escenificaciones construidas, y de un elenco que incluye a estrellas de Hollywood como Tom Hanks, Scarlett Johansson o Margot Robbie, no cabe duda de que esta vez maneja un presupuesto que haría feliz a Terry Gilliam o a cualquier otro ambicioso visionario del cine. Y lo más llamativo es que todos estos grandes nombres saben que sus papeles han de someterse a la coralidad marca de la casa.

Si tomamos “The French Dispatch” (2021) como referencia más inmediata, nos vamos a la treintena de rostros conocidos: Timothée Chalamet, Léa Seydoux, Bill Murray, Saoirse Ronan, Adrien Brody, Willem Dafoe, Elisabeth Moss, Christoph Waltz, Frances McDormand, Owen Wilson, Tilda Swinton, Jeffrey Wright, Edward Norton, Benicio Del Toro, Rupert Friend, Fisher Stevens, Liev Schreiber, Anjelica Huston, Jason Schwartzman, Griffin Dune, Henry Winkler, Cécile De France, Bob Balaban, Denis Ménochet, Tony Revolori, Mathieu Amalric, Lyna Khoudri, Lois Smith, Vincent Macaigne, Benjamin Lavernhe, Hippolyte Girardot y Wally Wolodarsky.

Si comparamos la troupe de Anderson con la de Almodóvar, la diferencia resulta apabullante, por lo que el de Texas es el más solicitado ahora mismo en los festivales internacionales, y Cannes no se quiso perder la première de “The French Dispatch” (2021), película rodada en Angoulême, que en la ficción toma el nombre de Ennui-Sur-Blasé. Claro que, una vez en la Croisette, hicieron un feo a ese mismo periodismo homenajeado, al suspender la rueda de prensa anunciada.