Berta Garcia
CONSUMO

Falta de productos

Estamos de lleno en fechas de consumo desmadrado, y más en la compra de regalos, pero justo ahora sobrevuela la incertidumbre creada por la falta de suministros. Es posible que se registren incidencias con algunos artículos, especialmente con algunos de los más deseados de informática, telefonía y electrodomésticos, pero esta situación no exime a las empresas de respetar los derechos de las personas consumidoras a la hora de informar con transparencia sobre los periodos de entrega que podrán cumplir.

La empresa debe informar a la persona consumidora, expresamente y de forma previa a la contratación, si no puede ofrecer un producto o servicio porque no dispone de estocaje en el momento de la compra. Aunque el retraso se deba a la crisis de suministros y logística, el vendedor estará obligado a cumplir con el plazo de entrega anunciado o de 30 días si no fue especificado. Ante esta situación el vendedor podrá ofrecer alternativas al producto original contratado por otro de calidad similar o superior, sin aumentar el precio acordado. La persona consumidora decidirá si acepta esta oferta o prefiere la devolución del dinero. Es decir, si la entrega se retrasa podrá resolver el contrato y ver reembolsado su dinero, pues no cabe que se “obligue” a aceptar vales de compra si el consumidor no está por esa opción.

Reclamaciones. Si la compra se ha hecho online, la persona consumidora tiene derecho a resolver el contrato si no se cumple el plazo de entrega, y tiene derecho a recuperar el importe abonado completo. Pero si esta devolución del dinero se retrasa podrá reclamar un pago del doble de lo abonado.

Para evitar situaciones conflictivas se aconseja a los consumidores que confirmen antes de comprar si los productos están disponibles, y/o si podrán recibirlos en el plazo que requieran. Ambas partes, comprador y vendedor, deben responsabilizarse en la parte que les toca. Una apreciación personal para terminar: ¡pues anda que no hay alternativas en el gran bazar de consumo sin tener que despeinarse!