Teresa Moleres
SORBURUA

Cultivar cubresuelos o tapizantes

En un suelo rico, antes de plantar las tapizantes, hay que desherbarlo cuidadosamente para no dejar ningún resquicio al crecimiento de malas hierbas. Comenzaremos por cubrir la superficie con cartones o plástico opaco y dejarlo así varios meses. Aunque no resulta decorativo, el esfuerzo resulta beneficioso. Luego extenderemos una capa de compost orgánico de 10 a 20 cms. Esta capa aporta frescor y humus al suelo. En dos años las plantas se habrán hecho las dueñas del terreno, impidiendo la competencia de las malas hierbas.

Para terrenos pedregosos y soleados, es preferible escoger plantas sobrias y robustas, la californiana Zauscheneria es la apropiada, con flores tubulares de tonos rojizos. Los estolones que emite aseguran la floración durante años. Si el suelo es rico y está bien trabajado, las cubresuelos escogidas en dos años habrán conquistado el terreno y no necesitarán mantenimiento.

Algunas plantas cubresuelos tienen flores bonitas, pero mejor cultivar unas cuantas de muestra en un rincón del jardín para saber si es una invasiva que puede ahogar a sus vecinas. Sucede con algunas plantas rapantes como capuchinas trepadoras, geranios o pervincas, que en una temporada pueden liquidar a sus rivales.

Las anuales se siembran en abrir-mayo en un terreno limpio de hierbas. Si el terreno cubierto con tapizantes resulta demasiado espeso, se recomienda aligerar la plantación retirando las cepas viejas, para después replantar las nuevas en un terreno con humus añadido. Y para rejuvenecer la plantación hay que arrancar totalmente cada mata, solo conservando los mejores brotes. Esta operación se realiza en marzo-abril o septiembre-octubre.

Plantas como Nemophila natura son apropiadas para llenar la calva de un cultivo después de la floración primaveral. Tiene flores grandes que, al marchitarse, sus semillas producen una segunda floración en verano. Si deseamos un tapizante verde como el césped, escogeremos Dichoncha repens, de raíces fuertes, que cubre el suelo rápidamente y no es invasiva, aunque no se puede pisar. También tenemos la Darmera peltata, con flores blancas y rosas que forma matorrales densos de medio metro con preciosos colores otoñales.