Jone Buruzko
IRUDITAN

Buenas costumbres

Es una idea bastante extendida y a la vez comprobable esa de que la felicidad está en las cosas sencillas. Leer al aire libre, sentado en un banco cuando despunta la primavera, todavía sigue siendo uno de los placeres asequibles de la vida. Ya lo dijo Cicéron: «Si cerca de la biblioteca tenéis un jardín, ya no os faltará de nada». Y, en realidad, ni siquiera hace falta que la biblioteca y el jardín sean tuyos, para eso están las bibliotecas y jardines municipales o públicos. Y hasta los Jardines Reales como este de Turín, que aparece en la imagen, donde al fondo hay un hombre concentrado en las hojas del periódico que no levanta la mirada ni siquiera ante la presencia de este enorme y vistoso caracol rosa que contrasta con las maravillas naturales y la tranquilidad que emana ese lugar de la capital piamontesa. Diseñados por André le Nôtre, el mismo que planificó los jardines de Versalles, cuatro siglos después de su creación lucen parecidos en la ciudad italiana. En plena era digital, lo de aprovechar cualquier momento para sacar el libro, el periódico, esta misma revista o cualquier soporte de papel y disfrutar de la lectura bajo el sol o a la sombra de esos árboles centenarios que como los de Turín también encontramos en nuestras tierras, no es ninguna rareza. Aunque a este paso, y no al del caracol, terminará siéndolo. El papel se encarece, escasea... ¿tendrá ya fecha de caducidad? Aprovechen mientras puedan.