Desafortunadamente, la profesionalización de la cultura es siempre un camino plagado de carencias. En la mayoría de los ámbitos creativos, la precariedad y la subsistencia son los sistemas de vida que hoy por hoy imperan en estos contextos. Desde las artes plásticas pasando por las escénicas o el audiovisual, se forman tejidos soportados en gran medida por financiación pública. En muchos casos esto ahonda aún más en las pésimas condiciones en las que se desarrollan las carreras de las creadoras, pues aparecen ciertas lógicas de justificaciones y burocracias que fagocitan esfuerzos y opciones. Son muchos los diagnósticos al respecto. Desde la ausencia de un potente mercado que sostenga la demanda de productos culturales hasta unos requisitos fiscales que no responden a determinadas necesidades del sector.

Uno de los primeros escalones en la carrera artística es lo que se ha entendido desde hace tiempo bajo el concepto de arte emergente. Un nombre que no por recurrente ha caído en desuso y que nos sirve para identificar las generaciones que comienzan a dar sus primeros pasos necesitados de oportunidades y espacios para poder alcanzar su madurez profesional. El problema que subyace es que pareciera que nunca se deja de ser artista emergente, ya que el asentamiento como profesional de la cultura nunca termina de llegar. Quizás esto sirva como manera de realizar un análisis sobre nuestro presente: una sociedad que no cuida su cultura renuncia irremediablemente a su futuro.

Hace quince años, el proyecto de Asamblea Amarika de Gasteiz, albergaba la primera edición de un programa llamado Inmersiones. Una asamblea ciudadana de artistas y agentes culturales que coordinaron varios espacios expositivos de la ciudad fue el contexto en el que se desarrolló un encuentro orientado precisamente al arte emergente y a funcionar como plataforma de apoyo y creación de red. El formato principal y que sigue funcionando durante todas las ediciones es el congreso de artistas. Durante la sesión, diferentes proyectos toman voz para presentarse ante el público y poner a disposición de quien asista los procesos que han desarrollado en cada una de las experiencias. Desde aquel año 2008 muchos son los cambios que el encuentro ha ido asumiendo y se han programado desde citas entre artistas y personas del ámbito comisarial, subastas de arte, concursos de deporte rural para artistas, performances, exposiciones, conciertos o comidas populares. Son muchos los méritos que podríamos atribuir al equipo de trabajo detrás de este proyecto. Uno de ellos sin duda es la independencia mantenida a lo largo de los años.

Cada nueva edición requiere de volver al punto de partida en la búsqueda de financiación y autogestión pues –y esto es importante– quien participa recibe una remuneración justa por la actividad realizada, algo no muy habitual en estos ámbitos. Y otra de las victorias es aguantar hasta una nueva edición, la número quince, del único evento de estas características que sucede en Euskal Herria y por el que han pasado nombres como Isidoro Valcárcel Medina, Joan Fontcuberta o Ana Longoni entre otros muchos.

El colectivo comisarial Haria ha sido el encargado de plantear este aniversario y para ello ha propuesto un marco conceptual acotado por tres conceptos, “texto, cuerpo y voz”. Una manera de atender a aquellas prácticas que profundizan en la relación entre la escritura, la performatividad y la interpretación sonora o vocal como prácticas expandidas que se entrelazan. Inmersiones número quince se celebra en la sede de Zas Kultur de Gasteiz los días 15, 16 y 17 de diciembre. El primer día, el artista Iván Gómez presentará un proceso realizado en varios centros educativos de la capital alavesa a través de un video-ensayo en torno a la idea del desecho como material escultórico. El viernes, la escritora y comisaria María Bastarós impartirá la conferencia inaugural del encuentro que vivirá su plato fuerte el sábado en una jornada que se extenderá desde la mañana hasta la tarde y que ofrecerá presentaciones, acciones y performances El evento del sábado cuenta con un elenco invitado conformado por Maria Salgado, Aimar Arriola, Marion Cruza, Colectivo OBRADOR, Estanis Comella, Dramatic Panda y la Txaranga Urretabizkaia. Estos nombres compartirán programa con el resultado de la selección realizada tras la convocatoria puesta en marcha en octubre y desde la que seleccionó a Alexia Sayago, Gabriel Aparicio, Elisa Arteta, Ane Berganza, Gari Aranbarri, Izaro Ieregi, Jonathan García Lana / Tunipanea y Miriam Inza. Sin duda, una oportunidad inmejorable para acercarnos a las prácticas que artistas y agentes de nuestro territorio están llevando a cabo y conocer un proyecto tan necesario y relevante como Inmersiones.