BERTA GARCIA
CONSUMO

Impuesto ‘verde’

El nuevo impuesto, entrado ya en vigor desde el 1 de enero, recoge que los envases de plástico no reutilizables fabricados o importados en el Estado español, tanto si están vacíos como si contienen productos, estarán sujetos a un nuevo impuesto de 0,45 euros/kg. De esta forma, el nuevo impuesto afecta a los envases no reutilizables que contienen plástico en la medida en que «estén diseñados para contener, proteger, manipular, distribuir y presentar mercancías». Además, se incluyen los productos de plástico semielaborados destinados a la obtención de los referidos envases y los productos que contengan plástico destinados a permitir su cierre, comercialización o presentación. Sin embargo, están exentos del impuesto los envases de fármacos y los de uso sanitario.

Si bien el impuesto recae oficialmente sobre fabricantes y distribuidores, los últimos de la cadena de consumo, las personas consumidoras, seremos las verdaderas “paganinis” del mismo. Esto nos hará mover ficha acudiendo a comprar con otro tipo de envases más sostenibles, sobre todo en los comercios minoristas de alimentación que vendan a granel alimentos y bebidas, ya que deben aceptar el uso de recipientes reutilizables por parte de los consumidores.

Un gran problema. Esta nueva regulación no esta exenta de críticas a pesar de que se esperaba desde hace tiempo, pues todos los agentes implicados (fabricantes, distribuidores y consumidores) en la búsqueda de soluciones para la mejora y sostenibilidad medioambiental conocíamos la urgente necesidad de poner límite al basurero de plástico que crecía en tierra mar y aire. A pesar de todo, las medidas de contención han quedado cortas, habida cuenta de que escapan de la regulación los envases de productos de limpieza, cosméticos y otros que precisamente son de gran consumo.

Hemos llegado a niveles insoportables de presencia de residuos plásticos, con lo que esto comporta para la salud humana, pero protestamos por las pérdidas económicas (las empresas) y por las incomodidades para la compra y conservación del producto (los consumidores). No somos capaces de asimilar que toda la cadena trófica está mutando a pasos agigantados en buena parte por culpa del plástico y nos resta salud.