Iker Fidalgo
Crítico de arte
PANORAMIKA

Abandonar la representación

Hace tiempo que el arte abandonó la misión de la representación. La necesidad de crear una obra que capture la realidad ha ido pasando por disciplinas como la pintura, el dibujo, el grabado, la fotografía e incluso el vídeo o el cine. Desde las primeras vanguardias hasta la revolución digital, la creación se ha desprendido del peso de tener que plasmar la realidad y se ha expandido hacia terrenos mucho menos concretos. De hecho, la propia imagen, como concepto, ha perdido también la necesidad de responder a determinados estándares de calidad o normatividad. El último eslabón de esta ruptura total se encuentra en la sobreproducción a la que nos someten las redes sociales y la necesidad de capturar nuestra vida cotidiana a golpe de pulgar. El sentido de lo original ha cambiado y las imágenes son variaciones de otras que, a su vez, fueron inspiradas por otras similares. Y así continúa este diálogo constante hasta crear una cadena de visiones interrelacionadas que ponen voz al mundo que vivimos y a la cultura visual a la que pertenecemos.

Existen resonancias de esto en la exposición que la galería bilbaina Juan Manuel Lumbreras inauguró a finales del pasado octubre. El artista Patrick Grijalvo (Bilbo, 1984) es su protagonista y nos propone hasta el próximo día uno de diciembre su “Gravitación visual”. La muestra parte de la creación fotográfica y su relación con la arquitectura. Sin embargo, Grijalvo no se queda ahí. Muchos de los encuadres elegidos para ser captados por su cámara, juegan con una composición que bien podría presentarse cercana a una pintura de corte abstracto que interrelaciona planos de color y procesos geométricos. De hecho, las propias fotografías se colocan de tal manera que la pieza final acaba hablando de un lenguaje cercano a lo volumétrico y tridimensional, renunciando a los principios de la planitud habitualmente otorgados a esta disciplina. Las piezas finales poseen un interés representativo, constructivo, compositivo y cromático, enunciando una voz propia que habla diferentes lenguajes desde un estimulante equilibrio plástico.

Como parte de su línea programática bautizada “La Obra invitada”, el Museo Bellas Artes de Bilbo presenta hasta el día diez de marzo del próximo 2024, “Mousquetaire à la pipe”, a cargo del pintor Pablo Picasso (Málaga, 1881 - Mougins, 1973). La exposición de la pieza, cedida por el museo Artium de Gasteiz, coincide con el año Picasso que conmemora el cincuenta aniversario de su fallecimiento. En este caso, la obra abandona claramente cualquier pretensión de representación fidedigna y se centra en la composición de este retrato fechado en 1968 y que forma parte de una serie en torno a la figura del mosquetero. Colores vívidos, trazos radicales y acabados gestuales, forman esta obra que pasa por ser la única pintura del autor malagueño en las colecciones públicas de nuestro territorio.