El comedor escolar, algo más que comida sana
Los comedores escolares son lugares en los que el alumnado aprende tanto a nivel teórico como práctico sobre nutrición, salud e higiene, al tiempo que sirve como herramienta para la socialización. En ellos es importante mantener una alimentación saludable y buenas costumbres.
A mediados de septiembre ya se ha iniciado el nuevo curso y, en lo alimentario, esto significa pensar y hablar sobre el comedor preescolar o escolar. ¿Sabemos qué tenemos que tener en cuenta sobre este espacio? En primer lugar, y aunque existe una normativa estatal sobre los comedores escolares relativamente reciente, al ser una competencia transferida, esta es desarrollada por cada comunidad autónoma. Dentro de algunas diferencias, cada guía suele hacer referencia a la distribución de la dieta y a los alimentos a restringir y, en otros casos, suelen dar pautas y ejemplos de menús diarios. En el caso concreto de Euskal Herria, la guía disponible es fundamentalmente higiénico-sanitaria.
Así pues, ¿qué debemos tener presente las madres y padres? Primeramente tenemos que pensar qué funciones cumple o debiera cumplir este espacio en la vida de nuestro hijo/a debido a la cantidad de tiempo que permanecen en él. Y es que la etapa escolar al completo es una época trascendental, por lo que, además de lo obvio, es decir, que se debe promover una alimentación saludable, el comedor debe cumplir funciones educativas y de equidad social. La Organización Mundial de la Salud considera que es un espacio significativo para la adquisición de conocimientos teóricos y prácticos sobre salud, nutrición, higiene y socialización.
Pero en cuanto a lo puramente nutricional y alimentario se refiere, ¿qué hay que tener presente? En mi opinión es esencial que entendamos que una dieta apropiada, con sus inclusiones esenciales y sus restricciones necesarias también, no solo es fundamental para un crecimiento y desarrollo adecuados, sino también para la prevención del desarrollo de enfermedades no transmisibles (en la infancia y en la adultez). Así pues, debemos cerciorarnos de que:
1. Se prioriza el consumo de cereales integrales, frutas, verduras y legumbres (consumo mínimo 6/mes).
2. Se utiliza el aceite de oliva.
3. El agua es la única bebida que debe ser promocionada y aceptada en el medio escolar.
4. Respecto a los lácteos, se priorizará el yogur natural que se ofrecerá como máximo una vez a la semana.
5. Debe existir de forma explícita una política activa frente a los alimentos que no son saludables, evitando, o incluso prohibiendo su consumo en el medio escolar (también en las celebraciones escolares).
Y no menos importante: hay que considerar otros aspectos como los emocionales que se derivan de la alimentación y que influyen en la conducta alimentaria. Los responsables del comedor han de respetar los tiempos y apetito del niño, sin forzar ni resultar invasivo.