Instantes

El desarrollo pictórico como un impulso que parte de un deseo, de un movimiento interno que genera nuevas posibilidades en el espacio. Una forma de conocimiento que se rige por el instinto de cada gesto que se va creando y qué consecuencias tiene sobre el global. Tomando como referentes movimientos como el expresionismo abstracto, la obra es el momento precioso en el que fue creada y ese instante la define. El proceso es la consecuencia de una serie de casuísticas que no se volverán a dar. La pintura como un suceso, un hecho, un impulso o una vía de autoconocimiento. La profundidad de hacer visible lo que no existe; desvelar.
Hasta el 10 de noviembre se puede visitar en la nueva sala de exposiciones de BilbaoArte, URIBITARTE40, la exposición del artista Gabriel Coca (Iruñea, 1989), que estuvo becado en el centro de producción en 2023/24 y cuya obra fue seleccionada para exponer individualmente. La muestra se titula “Bordea” y la componen una serie de dibujos y pinturas donde se genera una contraposición entre lo tensionado y lo armónico, entre el conflicto y la convivencia. En la sala encontramos los dibujos que son parte de su proceso de trabajo y sus pinturas de grandes masas de color que vibran y dejan intuir otras formas tras de ellas. La corporeidad de la pintura está muy presente a través de su trabajo de capas, en proceso donde va y viene, delimitando los márgenes y perímetros para entrar y salir, marcando una serie de ritmos y dinámicas que van definiendo la obra. Cada trazo implica una forma con sus propios límites que separan pero que a su vez pueden contener. Para esta nueva exposición, el artista presenta una nueva metodología de trabajo basada en el dibujo y en juego con recortes de papel. Estos son realizados de forma aleatoria para posteriormente usarlos como plantillas para bordear con carboncillo sus límites. De esta manera descubre nuevas formas que se van superponiendo y poco a poco se van transformando, construyendo atmósferas que invitan a la quietud. A través de tensiones espaciales y contrastes de fuerzas opuestas, Coca busca el equilibrio entre el dinamismo y la calma. ¿Cómo ocupar el espacio blanco? ¿Con qué método y en qué orden? ¿Qué se quita o que permanece? Dependiendo del orden de los procesos, el resultado puede variar totalmente. En el resultado final el dibujo desaparece para dar paso a una serie de masas de colores que se atraviesan entre ellas. Según explica él mismo, «el espacio pictórico se crea por un conjunto de múltiples capas de pintura que se superponen y se niegan o se afirman entre sí».
Gabriel Coca, a través de su exposición “Bordea”, nos invita a un viaje introspectivo donde la pintura se convierte en un campo de exploración constante. Su técnica innovadora, basada en el dibujo y el juego con recortes de papel, nos revela un artista inquieto, que siente una constante necesidad de pintar y que busca nuevos desafíos. Como público, sus pinturas nos inducen a detenernos, observar y profundizar en la obra.

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