BERTA GARCIA
CONSUMO

Segunda mano

Con la crisis que arrastramos, muchos ciudadanos buscan alternativas para tratar de encontrar productos que se ajusten a su capacidad económica, y entre esas alternativas se encuentran los productos de segunda mano. Hoy voy a recordar los derechos que asisten a los usuarios con esta modalidad de compras:

• Información: Si la compra se hace a través de una empresa, la información que debe ofrecerse sobre el producto tiene que ser la misma que habitualmente, por lo que debe aparecer su precio, características y etiquetado, teniendo que especificar además que se trata de un producto usado.

• Derecho de desistimiento: Si el producto se compra a distancia a una empresa, se dispondrá de un derecho de desistimiento de catorce días con las mismas condiciones que si fuese nuevo.

• Garantía: Como regla general, será de dos años, aunque el vendedor podrá reducirla a uno siempre que lo especifique en el contrato.

• Factura: Existe la misma obligación que con productos nuevos. Deberán entregarnos el ticket o factura, y se ha de guardar por si surge cualquier reclamación.

• Reclamar: Este tipo de establecimientos también están obligados a tener hojas de reclamaciones oficiales y a entregarlas si el consumidor las pide. Si la compra es a distancia, se puede acudir a una asociación de consumidores o a Consumo de la Administración Pública, e iniciar el proceso de reclamación. También puede hacerse directamente al vendedor, eso sí, constando por escrito.

• Compra a particulares: Antes de comprar, hay que verificar quién es el vendedor. En este tipo de compra, los derechos y obligaciones de las partes no son las mismas que en una relación de consumidor/empresa. Sin embargo, el consumidor tampoco queda totalmente desprotegido, ya que se puede reclamar la devolución del dinero si el producto no se ajusta a lo anunciado. Además, si bien no existe la garantía legal, el comprador puede reclamar al vendedor la reparación de vicios ocultos durante los seis primeros meses. Siempre es importante conservar alguna prueba de compra para poder reclamar.