Las próximas Navidades llegará la nueva continuación de la saga galáctica “Star Wars”, contradiciendo a todos los escépticos que daban la franquicia por terminada, una vez retirado de la actividad fílmica George Lucas. Su obra continúa porque ha encontrado a un heredero natural y legítimo en J.J. Abrams, quien ya demostró con su trabajo en “Star Trek” que su cinefilia le lleva a entender mejor que nadie esos mitos culturales del pasado siglo, siempre desde una perspectiva totalmente creativa y regeneradora. Por eso no se entienden los recelos de los que se hacen llamar a sí mismos warsies y que se supone que son los fans que velan por la fidelidad de la serie a sus orígenes. El propio George Lucas tuvo que salir a la palestra para tranquilizarles y hacerles comprender que el material estaba en buenas manos y que sabía lo que hacía cuando se lo vendió a la Disney.

A finales de 2012, Lucas vendió su compañía cinematográfica al imperio Disney por unos cuatro mil millones de dólares. Después de pagar una cifra tan astronómica, está claro que en el estudio del tío Walt no se iban a quedar de brazos cruzados, por lo que de inmediato se pusieron a trabajar en la culminación de la magna obra iniciada por Lucas en los años 70. Cierto es que para sacarle un mayor rendimiento comercial a la marca “Star Wars”, piensan hacer algunos spin-offs, que son esas películas menores protagonizadas por personajes o tramas secundarias que, por lo general, Disney suele destinar al mercado doméstico o ahora a las plataformas digitales. Pero el núcleo de la producción se ha concentrado desde el principio en torno al VII episodio de “Star Wars”, definitivamente titulado “The Force Awakens” y que en la versión doblada quedará como “El despertar de la fuerza”.

El inicio de la tercera trilogía de “Star Wars” ha sido impulsado por la productora Kathleen Kennedy, la cual ha seguido la línea argumental trazada por Lucas para el conjunto del ambicioso proyecto, irrealizable para una sola persona a lo largo de su vida y, por lo tanto, necesitado de relevos. Por más que se barajaran al principio los nombres de distintos cineastas de relieve, no admite discusión que el elegido y más indicado es J.J. Abrams. Este tuvo que partir de un guión adaptado por Michael Arndt, pero no tardó en llamar al veterano de la saga Lawrence Kasdan, coguionista de “El imperio contraataca” y “El retorno del jedi”, teniendo además como consultor a Lucas en persona. Es un planteamiento lógico, puesto que “El despertar de la fuerza” había de ser el episodio que enlazase con “El retorno del Jedi”, ya que la acción se sitúa treinta años después del final de aquella sexta entrega, estrenada en tercer lugar por el orden cambiado de las dos primeras trilogías.

No cabe duda de que lo que J.J. Abrams busca es el equilibrio entre la iconografía clásica de la serie y el toque novedoso, maniobra deducible por la configuración del reparto, que reúne a viejos rostros con otros nunca antes vistos. De los de siempre estarán Mark Hammill (Luke Skywalker), Harrison Ford (Han Solo), Carrie Fisher (Princesa Leia), Peter Mayhew (Chewbacca), Anthony Daniels (C-3PO) y Kenny Baker (R2-D2). Entre los recién llegados se anuncia a Oscar Isaac, John Boyega, Daisy Ridley, Adam Driver, Andy Serkis, Domhnall Gleeson, Warwick Davis, Lupita Nyong’o, Gwendoline Christie, Billie Lourd (hija de Carrie Fisher) y Max Von Sydow.

En el apartado técnico parece que se apuesta por la continuidad visual, tal y como se puede apreciar en el primer trailer, que no revela ninguna primicia argumental. Nada más definitivo al respecto que el hecho de que el director de fotografía Dan Mindel haya rodado en 35 mm en localizaciones exteriores de Abu Dhabi, a la manera de las ya utilizadas en Túnez. Los interiores otra vez han sido construidos en los estudios ingleses Pinewood.